Sangre de Toro: el renacimiento de un clásico de Bodegas Torres

Bodegas Torres rinde homenaje a Miguel Torres Carbó (en la imagen), creador de su vino más internacional, con un diseño que enfatiza la autenticidad y el retorno a los orígenes.

A principios de los años cincuenta, Miguel Torres Carbó, la 3ª generación al mando de Bodegas Torres, recorría incansablemente los viñedos en su Renault 44 en busca de las más preciadas uvas tintas de la región, garnacha y cariñena, para crear un vino diferente, que expresara el auténtico carácter de la tierra. Así empieza la larga historia de Sangre de Toro, que vio la luz por primera vez en 1954. Hoy está considerado un claro referente mundial del vino español de calidad, un clásico actual, elegante y versátil, que renace ahora con fuerza reivindicando la autenticidad y la fidelidad a los orígenes.

Para celebrar 60 años de la primera vendimia de Sangre de Toro, Bodegas Torres lanza al mercado la nueva añada con una imagen renovada, sobria y elegante, que invita al consumidor a realizar un fascinante viaje a los orígenes a través de la historia de este vino, nacido de la tenacidad y determinación de un hombre con una visión para el futuro de la bodega, del mismo modo que la han tenido las otras generaciones de la familia antes y después que él.

Para Miguel Torres Maczassek, director general de Bodegas Torres y nieto de Torres Carbó, «Sangre de Toro vive hoy una segunda juventud. Representa lo auténtico, la recuperación de aquellos valores de antaño, fruto de una filosofía y manera de hacer sin pretensiones, motivada por la experiencia y el amor a lo que se hace». Y añade: «Renovamos el diseño para rendir homenaje a mi abuelo, por conseguir hacer realidad su sueño e iniciar el camino de la internacionalización, que las generaciones posteriores hemos continuado con el mismo entusiasmo».

El nuevo diseño está inspirado en la imagen del Sangre de Toro original; mantiene la esencia de la marca de hace 60 años, aunque con un toque de modernidad. Busca evocar el anhelo e ilusión de la tercera generación para dar a conocer a todo el mundo la calidad de sus caldos, transportando al consumidor a los años 50, con la imagen en blanco y negro de un Miguel Torres Carbó sonriente, apoyado en su Renault 44 y rodeado de viñas, y las palabras que pronunció impresas en una tipografía clara y nítida, como testimonio de este sueño hecho realidad: «Mi sueño es que nuestros vinos sean conocidos y reconocidos por su calidad en todo el mundo».

El vino más internacional de Bodegas Torres

Sangre de Toro fue el primer vino embotellado por Bodegas Torres, lo que supuso un gran acierto por parte Miguel Torres Carbó y una firme apuesta por la modernidad en una época en que predominaba la producción a granel. El nombre nació como una referencia a la milenaria tradición mediterránea del cultivo de la vid. Desde Mesopotamia hasta Grecia, el toro fue el símbolo de la cultura del vino; al dios del vino Dionisio -Baco para los romanos – lo describían los poetas griegos y romanos como «poderoso como un toro» o «hijo del toro», y contaban que su sangre era en realidad vino.

Marca de referencia en España, Sangre de Toro logró consolidarse rápidamente en los principales mercados internacionales. En los años 70, la marca ya estaba presente en más de 50 países de los cinco continentes, que se convertirían en un centenar veinte años más tarde.

A lo largo de su trayectoria, Sangre de Toro ha conquistado numerosos premios y reconocimientos tanto nacionales como internacionales. Actualmente, es el vino más internacional de Bodegas Torres y se comercializa en más de 150 mercados. Crece también la presencia de este vino en locales de moda con aire retro y tascas y bares de toda la vida que se han hecho populares entre el público joven, por ser considerado sinónimo de lo auténtico, de aquello que ha sido siempre fiel a sus orígenes.

La máxima expresión del vino mediterráneo

La apuesta de este vino por la autenticidad, por expresar la más pura esencia mediterránea, se ha mantenido a lo largo de las décadas con la utilización de las variedades autóctonas garnacha y cariñena, si bien se ha ido adaptando a las tendencias alimentarias y enológicas de cada época, erigiéndose siempre como un gran aliado de la cocina mediterránea.

Cuando nació, en 1954, el mismo año en que Ernest Hemingway recibía el Premio Nobel de Literatura por su obra ‘El viejo y el mar’, su gran temperamento y carácter lo convertían en el complemento ideal de la cocina española de la época, basada en platos tradicionales rústicos, muy consistentes y ricos en calorías. Con la revolución dietética de los setenta, que reivindicaba una alimentación más sana y equilibrada, los métodos perfeccionados de elaboración y crianza permitían resaltar la expresión máxima de la fruta y de la crianza en roble, resultando en un Sangre de Toro de estilo más flexible y ligero como testimonio del cambio de mentalidad.

A finales del s. XX, con la sofisticación de la cocina española, Sangre de Toro adoptó un corte moderno que se ha mantenido hasta nuestros días. El tiempo ha convertido a Sangre de Toro en un vino actual, como una fruta aterciopelada y madura, elegante y con cierta complejidad. Es un vino versátil, que marida tanto con la cocina más tradicional de guisos, caza, barbacoas y paellas, como con las tapas y creaciones gastronómicas más actuales.

De color rojo picota, Sangre de Toro 2013 muestra un aroma afrutado, intenso y de cuerpo suave. Sus notas tostadas con frutos negros maduros y sus taninos redondos que recuerdan la mermelada de fresa y mora, infunden personalidad y carácter mediterráneo a este tinto amparado bajo la denominación de origen Catalunya, convertido en sinónimo de garantía y calidad para los miles de consumidores de todo el mundo.