Plentzia inicia la instalación de la bodega submarina con su inmersión en la bahía

[Fuente: deia.com]

Un equipo de buzos sumerge la estructura a 15 metros de profundidad con 1.600 botellas en su interior.

La bodega submarina de Plentzia soltó ayer amarras con su inmersión en el fondo de la bahía a 15 metros de profundidad. La colocación en el lecho marino de los dos grandes módulos de hormigón que componen la estructura inició la cuenta atrás para su puesta en marcha, programada para finales de septiembre.

El proyecto, bautizado como Laboratorio Submarino de Envejecimiento Bahía de Plentzia (LSEB), ha recabado un fuerte apoyo del sector vitivinícola con la participación confirmada de 12 Denominaciones de Origen vascas y estatales. Este centro dispondrá desde su inicio con 1.600 botellas incluyendo otras variedades de caldos y alcohol con productores de champán francés, whisky y sidra.

La euforia se desató en el Ayuntamiento de la villa, la institución propietaria de la instalación. «Es un momento muy importante para Plentzia, estamos muy ilusionados», declaró la alcaldesa Isabel Zarauza. La regidora destacó el carácter estratégico del proyecto para Bizkaia y Euskadi por su incursión en la investigación de la crianza submarina, un sector con un gran potencial de crecimiento.

La operación concluyó con plena normalidad a las 13.30 horas, a pesar del fuerte oleaje existente. El traslado de la instalación comenzó cinco horas con un llamativo despliegue que revolucionó el apacible puerto plentziarra. Las piezas llegaron de forma separada en diferentes camiones y se depositaron en el agua a través de una grúa.

Desde el puerto, una embarcación remolcó cada módulo a 600 metros de distancia ayudado por el uso de tres grandes hinchables que mantenían a flote las 5 toneladas de peso. Una vez alcanzada la coordenada convenida en la bahía, cuatro buzos abrieron las válvulas de los grandes manguitos logrando un hundimiento progresivo de la estructura.

La operativa de ayer supuso la primera fase de la implantación del laboratorio en el lecho marino. El proceso continuará la próxima semana con la colocación definitiva en el punto exacto y el empalme de sus dos piezas.

Para ello, la empresa promotora, Bajoelagua Factory, empleará de nuevo el sistema de los hinchables para que cuatro buzos puedan desplazar la estructura hasta su punto exacto a una distancia escasa de 5 metros. Finalmente, el laboratorio quedará fijado en el fondo arenoso con una serie de anclajes.

La empresa finalizará la implantación la semana con la introducción de los equipos de monitorización compuesto por un conjunto de cámaras submarinas y de sofisticados sensores para controlar los parámetros del agua, desde la temperatura a la salinidad pasando por la luz o la fuerza de las corrientes.

Las redes confluirán en la superficie en una boya inteligente que permitirá la transmisión de los datos al exterior a través de una onda de radio para su recepción a distancia por Internet. Este sistema permitirá a Bajoelagua Factory supervisar el estado del laboratorio desde un centro de control. Las bodegas participantes también tendrán acceso a la intranet privada a través de una clave identificativa.

La transformación del vino se llevará a cabo en los grandes contenedores diseñados para incorporar al proceso las condiciones del mar. Por este motivo, las estructuras, denominadas Módulos de Envejecimiento y Control (MEC), jugarán un papel decisivo.

Su construcción se ha concebido para asegurar la circulación del agua mediante una membrana exterior de entrada y una tubería de salida. Esta corriente interna es una de las bazas principales del depósito submarino por la constancia de que el movimiento acelera el proceso de envejecimiento.

En el interior, los MEC disponen de una altura de más de 2 metros para permitir los movimientos del buzo encargado del almacenamiento de acuerdo a un sistema de codificación. Por último, la empresa asegura la integración medioambiental del almacén con la estructura cilíndrica de los módulos, que facilitará su colonización como un arrecife artificial.

La investigación de las botellas se llevará cabo en tierra con una cata mensual dirigida por los propios enólogos de las denominaciones de origen y de las bodega, que asumirán el control de la crianza submarina para lograr su sello personal. Los resultados serán contrastados con una botella de la misma cosecha depositada en una bodega convencional tierra adentro para certificar la evolución.