Vendimia fuera de lo normal

[Fuente: elcorreodigital.com]

La Denominación de Origen Rioja, subrayan los especialistas, afronta una de las campañas de vendimia más «atípicas» de los últimos tiempos. Asistió a una aceleración en el proceso vegetativo sólo advertida en cuatro campañas en el presente milenio (2003, 2005, 2006 y ahora 2009), aunque ralentizada por la precipitación, en formato de lluvia, de 40 litros de agua por metro cuadrado, que ha acabado convirtiéndola «en la más rápida de las cosechas lentas».

Y todo ello después de advertir, explicó a este medio Manuel Ruiz Hernández, uno de los referentes enológicos de la región, que la viña no presentaba evidencias de sequía pese al déficit hídrico acumulado durante los meses de verano.

Más elementos de análisis que ayudan a considerar esta vendimia como una de las más singulares de la historia. A principios del mes de septiembre, la uva presentaba una graduación próxima a los once grados, cuando lo habitual es que se mueva entre los 9 y 9,5 grados.

Las lluvias se encargaron de reconducir la evolución: a fecha 1 de octubre, y como consecuencia del «parón» experimentado, la graduación media se sitúa en términos razonables. Entre los doce y los 12,3 grados, apunta el que fuera técnico de la Estación Enológica durante décadas.

Se establece, de esa manera, un nuevo principio de diversidad. Hasta ahora se hablaba de distribución geográfica de los índices de calidad; ahora, del rendimiento de la cepa. Las viñas que cargan con 6.000 kilos de uva se mueven en los trece grados; con 4.000 alcanzan incluso los catorce; y si superan los 8.000 apenas tienen 12,5 y ofrecen un panorama «poco optimista» porque la pulpa, al no haber perdido toda la clorofila, sigue estando verde.

Previsiones de futuro

En esos casos, como norma genérica se alude a uva «gruesa, con poco nivel de ácido málico», que aventura vinificaciones complicadas y envejecimientos difíciles, «pero sana aunque en las últimas horas han comenzado a aparecer focos poco preocupantes de botrytis».

Las previsiones varían, por ello, en función de la carga de la viña. «Donde es baja, gracias a que no ha llovido, la calidad actual es buena; donde es alta la evolución es dudosa». Todos los interesados han detectado allí una parada del proceso de maduración.