Idénticas variedades responden de forma totalmente distinta según la ubicación y el tipo de viticultura

[Fuente: lavozdegalicia.es]

Los resultados de los controles de maduración realizados por el consejo regulador dejan entrever otros datos de interés sobre el potencial de algunas variedades tintas que se van abriendo camino en la Ribeira Sacra. Aunque pide ubicaciones muy exigentes en cuanto a maduración, el caíño presenta unos niveles de acidez que, en la proporción adecuada, pueden ayudar a compensar las carencias de la mencía con respecto a este indicador. Algo parecido se puede decir del brancellao, otra de las uvas autóctonas de cultivo todavía minoritario en la denominación de origen. Aunque tempranillo y merenzao acreditan una maduración más precoz que otras uvas tintas, en estos casos las analíticas difieren bastante según las zonas.

Las prácticas vitícolas y las peculiaridades de cada subzona también marcan diferencias en los parámetros de la mencía, pero el aumento del grado alcohólico es en mayor o menor medida una constante en todas las ubicaciones elegidas para los muestreos. «Hay bodegas que han recogido la fruta en su punto, sin ningún signo de pasificación en la uva, y se han encontrado con vinos de quince o dieciséis grados, lo que siempre es problemático en vinos jóvenes en los que sobre todo se busca la frescura», explica el enólogo Julio Ponce.

Difícil dilema

Pese a la creencia generalizada, un grado alto de alcohol no es por sí solo sinónimo de excelencia en un vino. «El contenido en azúcar siempre es el referente para la mayoría de los viticultores. El problema es que al caer la acidez, como sucede este año, se plantea cierto desequilibrio», dice Ponce. Resolver este problema, reconoce, no es tarea fácil. «En años como este, si esperas a que la uva esté en su punto, el grado alcohólico es muy alto, pero si vendimias demasiado pronto le faltan cosas». Aun así, subraya el técnico, «la uva entró impecable y seguro que saldrán grandes cosas».

Por su parte, el enólogo chantadino Roberto Regal no cree que la vendimia de este año pueda resultar especialmente problemática por el elevado grado alcohólico de los vinos. «Vexo a colleita na liña da do ano pasado, aínda que con algo máis de grao pese a que a cantidade de uva foi maior», opina.