Las propiedades saludables del vino también pueden aprovecharse en cosméticos

[Fuente: adn.es]

El mismo vino con el que el dios Baco regaba sus fiestas tiene muchas otros usos, como es el caso de una novedosa línea de cosméticos que busca exprimir todas las propiedades saludables -antioxidantes y antienvejecimiento, entre otras- de la noble bebida y verterlas en cremas.

El proyecto surgió como un trabajo de la farmacéutica brasileña Morgane Franzoni para su tesis doctoral en la cátedra de biotecnología, que presentó en 2005 y que ha presentado en la feria Fenavinho, que concluye el próximo martes en Bento Gonçalves, estado de Río Grande do Sul.

Franzoni analizó los desperdicios de las bodegas de la región y comprobó si permanecían las propiedades saludables del vino en los restos desaprovechados al prensar el mosto.

«No sabíamos cuántos antioxidantes quedarían en los restos. Pensábamos que tal vez el vino extraía todas las propiedades benéficas», explicó la directora de Vinotage a Efe, en el seno de la feria vitivinícola más importante de Brasil.

La farmacéutica descubrió que los despojos de varios tipos de uva conservaban una gran cantidad de propiedades, como es el caso de las variedades Merlot y Cabernet Sauvignon, utilizadas para vinos finos, o la Isabel, que sirve para la elaboración de zumos.

«Contienen más antioxidantes incluso que las naranjas», aseguró Franzoni, que tardó apenas unos meses en transformar su tesis en una empresa -Vinotage, ubicada en el corazón de la sureña Sierra Gaúcha, principal región vinícola de Brasil- con la colaboración de dos socios, una enóloga y un administrador.

La primera «cosecha» de cosméticos vio la luz en 2008 y comenzó a comercializarse en tiendas de Río Grande do Sul, aunque la empresa ya está con planes de expandir negocios a Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos grandes urbes del país, y además, de comenzar a exportar a Portugal y Alemania.

Ya cuenta con una línea capilar, en la que destaca un champú de Cabernet Sauvignon, y otros productos, como sales de baño, cremas corporales y un exfoliante fabricado con semillas de uva molidas, que tiene una consistencia mucho más suave que la típica textura arenosa de los sintéticos.

Hacen falta nada menos que 200 kilogramos de semillas para fabricar un litro de aceite, que servirá de base para este exfoliante, explicó Franzoni.

La empresa también ha lanzado una incipiente gama de tratamiento facial, que es la que menos se ha desarrollado porque «exige realizar más pruebas», y además, está explorando un nuevo segmento, el de balnearios y clínicas de estética, con una exclusiva línea de aceites para masajes derivados del vino.

La farmacéutica continúa investigando otras posibles aplicaciones de las cualidades del vino para mejorar la circulación sanguínea o para aprovechar las propiedades hidratantes de los taninos, «especialmente aptas para las pieles grasas».

«Lo más interesante es el efecto de los polifenoles como filtro de los rayos UVA y UVB. Estamos ya aplicando pulpa de uva a cremas antienvejecimiento con factor protector solar 30 y podría servir para sustituir a muchos productos sintéticos en los protectores solares», reveló Franzoni.

Todas las materias primas usadas por Vinotage, desde los aceites prensados al frío hasta los extractos de uva y los concentrados de vino son importados, principalmente de Francia y de España.

La elaboración de las cremas y cosméticos se terminan en la unidad que la empresa tiene en el sur de Brasil, que de momento produce cerca de 500 unidades por día, pero que tiene capacidad instalada para multiplicar por diez.

La mayor aspiración de la directora, confiesa, es sustituir las importaciones por los residuos generados por los productores locales.

«Fue nuestro objetivo desde el inicio. Además serviría como una fuente de renta adicional para ellos y también como una solución ambiental, por la salida para los residuos de la uva», concluyó.