Cigales convertirá esta añada por primera vez su típico rosado en espumoso

[Fuente: soitu.es]

La Denominación de Origen Cigales contará la próxima Navidad con su primer espumoso, que será rosado como los vinos típicos de esta zona de Valladolid y de Palencia y que nace tras una cosecha tardía que ha favorecido, paradójicamente, este vino con burbujas.

El bodeguero Félix Lezcano, posa junto a una botella del primer vino espumoso de su bodega Lezcano-Lacalle, en proceso de elaboración, que bajo el nombre de «Docetañidos Rosé», saldrá al mercado en la próxima Navidad convirtiéndose en el primer vino espumoso de la D.O. Cigales.

El artífice del primer vino espumoso de Cigales que saldrá al mercado es el bodeguero Félix Lezcano, que en la bodega Lezcano-Lacalle de Trigueros del Valle (Valladolid) ha comenzado ya ha elaborar los primeros vinos con burbujas que llevarán la etiqueta de esta Denominación.

Félix Lezcano ha explicado hoy a EFE que el espumoso se llamará Docetañidos Rosé, ya que Docetañidos es el rosado de esta bodega más reconocido en el mercado.

«No queríamos una segunda marca, sino prestigiar nuestro rosado con un espumoso», ha comentado el bodeguero.

El espumoso será, por tanto, un rosado al que se añade azúcar y levadura para que fermente en botella, durante un mínimo de nueve meses, por lo que estará listo en noviembre de este año, en pleno mercado navideño.

Un antiguo lagar, que conserva la enorme viga de la prensa de la uva, alberga a humedad y temperatura controlada, de quince grados, las cerca de 2.000 botellas en las que el rosado de Lezcano-Lacalle ha emprendido el proceso para convertirse en espumoso.

El azúcar se transforma en alcohol, a la vez que se forma la típica burbuja de gas, en este caso de CO2.

Después pasará a pupitre, es decir, a la fase en la que las botellas van quedando progresivamente boca abajo, para que los posos vayan cayendo hacia el cuello de cada botella, ha relatado Lezcano.

Con la botella ya en punta, boca abajo, se degüella, es decir, salta el tapón por la propia presión de los posos, que se han convertido en hielo en el cuello de la botella.

Es el momento de añadir licor de expedición y determinar el tipo de espumoso que saldrá al mercado.

La tardía y «difícil» vendimia de 2008, que comenzó un mes más tarde de lo habitual, hacia el 12 de octubre, beneficia sin embargo al espumoso, un vino que este bodeguero tenía en mente desde hace tiempo y esta circunstancia le ha animado a apostar en esta añada inusual por las burbujas.

El retraso en la cosecha ha dado unas uvas con una acidez alta, una graduación aromática ajustada y un potencial aromático ideal para un espumoso.

Además, la iniciativa de esta bodega ha coincidido con el momento en que la Denominación de Origen Cigales ha emprendido el proceso para incluir los espumosos en su reglamento, que ahora ampara a los rosados o claretes típicos de la zona y a la cada creciente presencia de los tintos.

Otras bodegas de Cigales ha habían experimentado con el espumoso, pero sin sacarlo al mercado, lo que dejaba a esta Denominación en una isla en el panorama del vino en Castilla y León, donde en otras, como Rueda o Bierzo, algunas bodegas venden sus burbujas desde hace años.

El espumoso de Lezcano-Lacalle se convertirá «en una alternativa más», en un momento en que «están las cosas difíciles», porque el mundo del vino también nota la crisis, ha aseverado el bodeguero.

Flandes, en Bélgica, puede ser uno de los primeros destinos del primer espumoso de Cigales, por la demanda que esta bodega ya ha constado en esta zona vecina de Francia -el reino del champán-.

Lezcano-Lacalle, una bodega fundada el mismo año que la Denominación de Origen, en 1991, ya fue en 1993 en incluir el primer tinto de reserva en Cigales entre las 80.000 y 100.000 botellas de su producción anual.