Para que un vino obtenga la certificación Kosher ha de ser elaborado conforme a una estricta supervisión, control y manipulado de un rabino.
El mercado de productos Kosher puede parecer residual para todos aquellos que permanecen ajenos a su desarrollo. Sin embargo mueve anualmente cerca de 600 mil millones de dólares y sus productos son consumidos en países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Austria, Argentina, Israel, Italia, Noruega, Polonia y Sudáfrica principalmente. Pero ¿qué es un producto con certificado kosher?
La Federación de Comunidades Judías de España nos explica a través de su web que existen preceptos judíos que determinan qué alimentos cumplen con los preceptos de la religión y cuáles no. Aquellos que cumplen con una serie de características son considerados Kosher, lo que significa que dichos productos respetan los preceptos de la religio´n judi´a, y que por tanto se consideran puros y aptos para ser consumidos por sus fieles. Tal y como nos indica el Rabino Bendahan de la Comunidad Judía de Madrid ningún judío practicante amante del vino consume marcas que no posean la certificación Kosher (que significa “puro”)
El Kashrut es el nombre hebreo que denomina al conjunto de leyes dietéticas que rigen los hábitos alimentarios del Pueblo Judío. Los organismos certificadores conceden la denominación Kosher, Kasher o Kashrut para distinguir los productos alimentarios y cosméticos elaborados de acuerdo con la Ley judía. Se trata de certificaciones que garantizan la pureza del producto y existen muchas organizaciones encargadas de crear esta certificación.
Supervisión de un rabino y utilización de productos Kosher
Para que un vino obtenga la certificación Kosher ha de ser elaborado conforme a una estricta supervisión, control y manipulado de un rabino, en todos los procesos de elaboración del vino, a partir del prensado de la uva. No se permite que una persona no judía manipule o vea el vino, de tal manera que todo en la bodega está sellado para evitar su contaminación. El enólogo de la bodega, suele tener una pequeña porción del mismo mosto que se utiliza para elaborar el vino Kosher y a partir de la evolución de éste, va informando al rabino acerca de la forma de proceder durante su elaboración.
Todos los productos utilizados durante la elaboración del vino han de ser kosher ya sean levaduras, clarificantes, tartárico, etc. Lo cierto es que independientemente de los procesos de supervisión del vino, un Kosher no posee en ninguna de las fases de cata de un elemento común entre todos ellos. Los vinos, como todos, obedecen a la zona de producción, variedad y elaboración y crianza.
Kosher, ¿sinónimo de calidad?
Existe en todo el mundo un numeroso público consumidor de vinos Kosher, por lo que cada vez más las bodegas añaden a su portfolio de vinos alguna marca con esta certificación. A nivel cualitativo, como en el resto de vinos existe de todo, desde marcas Kosher de excelente calidad y definición hasta algunas más mediocres, así pues no espere el consumidor encontrar en esta certificación una garantía cualitativa. En Guía Peñín catamos un número cada vez mayor de vinos Kosher, con puntuaciones diversas, lo que nos lleva a la conclusión de que Kosher no necesariamente significa calidad. Como en el resto de vinos la calidad va más dirigida en su mayor o menor compresión de las cepas de las procede, los suelos, el rendimiento, la correcta adecuación a las circunstancias climáticas y la menor intromisión del elaborador a la hora de dejar que la uva se exprese en el vino.
Recientemente en Guía Peñín hemos recibido varias muestras de vino Kosher de diferentes zonas de producción Alella, Montsant, Rioja y Mancha, con perfiles muy diferentes.
Visto en guiapenin.com