Chocolate, vino y frutas rojas, un buen menú para prevenir la diabetes

Sustancias como las flavonas y en las antocianinas se asocian con una menor resistencia a la insulina y una mejor regulación de la glucosa en sangre.

366 millones de personas son diabéticas, de los que la mitad están sin diagnosticar, pero para 2030 serán 550 millones.

Combatir la diabetes puede ser más dulce de lo que se pensaba hasta ahora. Los flavonoides, unos compuestos del chocolate, pero también presentes en el té y en algunos frutos o bayas, podría ser la siguiente herramienta terapéutica para combatir la diabetes tipo 2, una enfermedad que ya es un problema mundial de salud pública.

De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de East Anglia y el King College de Londres, ambos en Gran Bretaña, y que se publican hoy en la revista «Journal of Nutrition», parece que el consumo elevado de estos compuestos se asocia con una menor resistencia a la insulina y una mejor regulación de la glucosa en sangre. La investigación, realizada sobre 2.000 personas, también ha visto que estos grupos de alimentos se relacionan con un menor nivel de inflamación que, cuando es crónica, se asocia con la diabetes, pero también con la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

«Nuestra investigación ha analizado los beneficios de comer ciertos subgrupos de flavonoides. Nos centramos en las flavonas, que se encuentran en las hierbas y verduras como el perejil, el tomillo y el apio, y en las antocianinas, presentes en las bayas, uvas rojas, vino y otras frutas y verduras de color rojo o de color azul», explica la autora del estudio, Aedin Cassidy, que añade que éste es «uno de los primeros estudios en humanos a gran escala que ha examinado examinar cómo estos compuestos bioactivos pueden reducir el riesgo de diabetes».

Sabíamos gracias a los estudios en el laboratorio, dice, que «estos tipos de alimentos pueden modular la regulación de la glucosa en la sangre -relacionada con el riesgo de diabetes tipo 2-, pero hasta ahora desconocíamos cómo la ingesta habitual de estas sustancias podría afectar la resistencia a la insulina, la regulación de la glucosa en sangre y la inflamación en los seres humanos», explica.

Los investigadores estudiaron a 2.000 voluntarias sanas que habían completado un cuestionario sobre alimentación diseñado para calibrar la ingesta de flavonoides en su dieta, así como la ingesta de seis subclases de flavonoides.

«Encontramos -señala Cassidy- que aquellas que consumían gran cantidad de antocianinas y flavonas tenían una menor resistencia a la insulina. Y, debido a que la resistencia a la insulina se asocia con la diabetes tipo 2, podemos discernir que aquellos que comen alimentos ricos en estos dos compuestos -farmbuesas, cerezas, uvas rojas o vino- son menos propensos a desarrollar la enfermedad». Además, los investigadores han visto que las que tomaban la mayor cantidad de antocianinas eran menos propensas a sufrir una inflamación crónica y que las que consumen la mayoría de los compuestos de flavona habían mejorado los niveles de una proteína (adiponectina), que ayuda a regular varios procesos metabólicos , incluyendo niveles de glucosa.

¿Qué cantidad?

«Lo que todavía no sabemos exactamente es la cantidad de estos compuestos que son necesarios para reducir el riesgo de diabetes tipo 2», señala Cassidy.

El profesor Tim Spector, colaborador de investigación y director del estudio TwinsUK del King College de Londres, cree que estos datos son emocionantes porque demuestran que «algunos componentes de los alimentos que consideramos poco saludables, como el chocolate o el vino, pueden contener algunas sustancias beneficiosas». En este sentido apunta que si se puede «identificar y separar estas sustancias podríamos optimizar la alimentación más saludable».

La diabetes es, junto con las enfermedades respiratorias crónicas, el cáncer y las cardiovasculares y la diabetes una de las prioridades en la Estrategia Mundial de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles. Estas enfermedades representan la mayor proporción de la mortalidad prematura en la mayoría de los países y comparten varios factores de riesgo comunes prevenibles, como la dieta, inactividad física y consumo de tabaco. La Federación Internacional de Diabetes (IDF, siglas en inglés) calcula que 366 millones de personas son diabéticas, de los que la mitad están sin diagnosticar, pero para 2030 serán 550 millones.

Visto en abc.es.