Ana Yago y Salvador Martí convierten en joyas la tierra de cultivo de los vinos con D.O. Se trata de maridar los caldos valencianos con alhajas exclusivas que ensalcen el valor de la tierra en la que han nacido.
Esta colección promovida en colaboración con Bodegas Murviedro forma parte de los productos desarrollados para la exposición Esencia by Sanserif Creatius, inspiración japonesa en la artesanía valenciana.
La diseñadora Ana Yago y el artesano Salvador Martí han convertido en joyas la tierra de cultivo de los vinos con denominación de origen, con el objetivo de poner en valor la materia prima que alimenta a unas vides únicas en el mundo.
La colección Obi terra pretende aunar la cultura japonesa con nuestra tierra de cultivo vitivinícola, mediante la vinculación entre el vino y la joya a través de su anudado al cuello de la botella, presentando ambas como un producto único que se retroalimenta, según ha explicado la diseñadora Ana Yago.
Esta serie de joyas exclusivas diseñadas por Ana Yago se ha realizado en conmemoración de la celebración del Año Dual España-Japón con motivo del 400 aniversario de la llegada de la Embajada Keicho a España. Y, de hecho, estas piezas forman parte de la exposición Esencia by Sanserif Creatius, inspiración japonesa en la artesanía valenciana, inaugurada por el Ministro de la Embajada de Japón en el Centro de Artesanía de la Comunidad Valenciana.
Cada una de estas joyas hacen alusión al anudado típico japonés, a modo de Obi, que es el cinturón o faja que se lleva sobre la indumentaria tradicional nipona y cuyo dibujo, anudado y color aporta información sobre la persona que lo viste, del mismo modo que ahora hacen las joyas que visten al vino, tal y como ha explicado la directora de Sanserif Creatius. E incluso, algunas piezas cuentan también con un anudado manual con el que se fija el Obi planteado para la botella imitando el cordel fabricado por una técnica de trenzado denominada kumihimo.
La intención es promover la presencia de los vinos de las Denominaciones de Origen Valencia y Utiel-Requena en Japón mediante referentes culturales cercanos y, al mismo tiempo, referentes locales que pongan en valor la idiosincrasia de estas D.O.
De ahí que se incorpore la tierra en la que nace la vid al vino, mediante unas joyas de formas artificiosas, ligeras y muy delicadas en su manejo, al que se ha aplicado calor sobre la base de barro para prestarle resistencia mecánica, según Salvador Martí, que ha explicado que se han usado arenas coloreadas sobre el barro para presentar un acabado similar al raku-yaki, técnica de cocción cerámica tradicional japonesa en la que las piezas nacen únicas y presentan marcas propias e impurezas de la arena en la que han enfriado.
Estas joyas se han planteado como una colección única y accesible para todos los públicos, dado que se pretende dar a conocer el origen de nuestros vinos, así como que la sociedad se acerque a la artesanía de un modo pedagógico, que la vista y la disfrute entendiendo que forma parte de nuestra vida y dinámicas diarias, en palabras de Ana Yago,
Por ello, buscamos a un profesional como Salvador Martí, formado en la Escuela de Cerámica de Manises y procedente de una familia vinculada al sector, que ha experimentado con todo tipo de procesos y materiales cerámicos, más cerca del arte que del producto convencional, para lograr el acabado planteado mediante unas formas abstractas y minimalistas, según ha apostillado Ana Yago. De hecho, Martí cuenta con obra presente en diversas colecciones artísticas privadas y sus murales pueden verse en espacios públicos como la Unió Musical de Liria y el metro en Manises.