Elaborado principalmente con viura, variedad que soporta condiciones climatológicas difíciles, como fue la sequía de 2012. Habitualmente, a pesar de los meteoros, mantiene una producción constante en calidad y cantidad. Aunque, en esta cosecha, sufrió una inhabitual sequía primaveral que afectó seriamente a la floración y por tanto a la cosecha.
La merma se cifró por encima del 20% respecto de un año normal y eso facilitó un punto de maduración mayor de lo habitual que se trasladaría posteriormente al vino.
A la vista mantiene los tonos pajizos habituales, quizás con algunas irisaciones oro en los bordes.
La boca es de entrada dominante. Encontramos piña, manzana y melocotón, todos en un punto equidistante entre la fruta ácida y la madura. En una segunda línea dominan notas de flor blanca, muy nítida, que terminan con sensaciones melosas.
La boca es, si cabe, más sorprendente; encontramos un equilibrio, casi perfecto de dulzor-amargor-acidez que excita profundamente el sentido del gusto.
En retrolfacción-postgusto encontramos manzana, algo más madura que en olfacción directa, y vuelven recuerdos a flor blanca.
Sin duda es una de las cosechas más marcadas, organolépticamente hablando, de los últimos años.
Variedades: Viura 90%, Malvasía 10%.
Suelo: Arcillo-calcáreo y aluvial.
Elaboración: Tras aproximadamente 8 horas de maceración en prensa, este vino blanco fermenta en barricas nuevas de roble francés. Finalizada la fermentación permanece con sus lías durante 3 meses antes de ser embotellado.
PVP: 8,5 €.