El grupo García Carrión acaba de traer un barco con 17 millones de litros.
España, el tercer productor mundial, se ha quedado sin vino… barato. Los grandes envasadores españoles, con García Carrión al frente, no encuentran vino español a buen precio y han optado por realizar importaciones masivas para atender la demanda, lo que ha puesto en pie de guerra a los agricultores. La operación que ha hecho saltar todas las alarmas ha sido la importación de un barco cisterna cargado con 17 millones de litros de vino chileno que descargó a finales de año en el Puerto de Cartagena. El importador ha sido García Carrión, el embotellador de Don Simón. Aunque en total podría haber importaciones por más de 40 millones de litros.
«Hasta ahora las importaciones se realizaban mediante contenedores, en una especie de brik gigante que se adapta al contenedor, pero el desembarco de un barco cisterna con 17 millones de litros es un salto enorme en las importaciones», aseguran fuentes de la patronal agrícola catalana Unió de Pagesos. El navío que ha provocado que estalle el conflicto arribó al puerto de Cartagena el pasado 27 de diciembre y descargó 16.800 toneladas de vino hasta el 30 de diciembre. El barco, denominado MZT Breithorn, procedía del puerto de Rio Grande en Brasil, donde hizo escala para beneficiarse de un mejor trato arancelario con España, pero su carga se produjo en el puerto chileno de San Antonio, donde cargó en sus cisternas el vino procedente, en principio, de la región vitivinícola de Valparaiso.
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha denunciado importaciones masivas de vino procedente de terceros países y reclama al Gobierno español que investigue las garantías sanitarias de esos productos alimentarios, así como que se verifique el destino de cada litro importado que pasa por el Estado, ya que «podría ser que estuvieran beneficiándose del reparto de fondos europeos, provenientes del dinero público de todos los contribuyentes comunitarios, con objeto de promocionar el vino europeo en los países terceros», aseguran.
Cuesta más del triple
España exportó el año pasado unos 220 millones de litros de vino y la importaciones de terceros países ascendieron a unos 40 millones, según fuentes no oficiales del sector. La gran industria se defiende y argumenta que las importaciones se realizan para frenar el crecimiento incontrolado del vino de mesa. Una mala cosecha en Castilla-La Mancha (la principal región productora de vino) ha llevado los precios de los vino de inferior calidad de «33 pesetas en 2011 (19,8 céntimos de euro) a 110 pesetas (66,1 céntimos), más del triple», aseguran desde García Carrión.
Hay que tener en cuenta que a la mala cosecha se une además que en 2011 se batieron todos los récords de exportación, por lo que apenas queda vino disponible en stock. «Nosotros seguimos vendiendo el litro de vino de Don Simón a un euro desde hace años y las importaciones, totalmente legales, son la única manera de mantener el precio y no quedarnos fuera», argumentan. Además, aseguran que el control de las autoridades europeas es «muy estricto» .
Por otro lado, la Unión de Uniones de Agricultores señala que se deben cumplir las garantías sanitarias por las cuales determinados barcos no pueden transportar productos alimenticios a no ser que reúnan una serie de estrictos requisitos tanto en la carga actual como en las anteriores, condiciones que deberán confirmarse por parte de las autoridades portuarias y por parte del Gobierno español. El MZT Breithorn, que operó con bandera Suiza, es un barco cisterna de los denominados «químicos», especializado en el transporte de graneles líquidos. Desde García Carrión aseguran que cuentan con toda la documentación sanitaria en regla y señalan que este tipo de barcos incluso transportan agua potable. «Hay unas normas muy rigurosas y cada barco tiene que pasar una auditoría previa para verificar que se ha cumplido con los requisitos oportunos».
Visto en eleconomista.es.