Después de varios años, en Charlevoix, un hombre produce un vino fuera de lo ordinario y único en el mundo: a partir de tomates.
No hay necesidad de viñedos en sus tierras, de hecho, Pascal Miche plantó más bien 6.200 matas de tomate para la producción de su vino. La receta, fuera de lo común, fue creada por su bisabuelo. Se trata entonces de un gran secreto de familia. Este vino no se produce en otra parte sino en Quebec.
Miche es de origen belga. Se estableció en Quebec hace seis años y decidió dejar su carrera para comenzar esta experiencia vinícola. “Quería terminar lo que comenzó mi bisabuelo”, explicó a la AFP. Bautizó su vino como Omerto, que viene del nombre de su pariente, Omer.
El proceso
Pascal Miche escoge minuciosamente sus tomates. Luego, utiliza los mismos procesos que son comúnmente destinados para el vino.
Para ello, probó 16 especies de tomates antes de escoger seis que son los más resistentes al clima de Quebec: tomates rojos de la variedad sub-ártica, amarillos y los negros Black Cherry.
La transformación de tomate en vino toma cerca de nueves meses y produce un líquido claro, dorado, con 18% de alcohol. Pero es imposible saborear el tomate en el producto final.
En este momentos, Miche ya acumula su tercera cosecha y está produciendo dos tipos de vino: uno seco y otro más bien dulce que haría pensar en un Pineau des Charentes.
Pascal Miche produce 34.000 botellas de este nuevo producto, único en su género. La botella de 375 ml se vende a 25 dólares y está disponible en algunos puntos de venta de Quebec.
¿El tomate…una fruta?
Para poder bautizar a su bebida como un vino, Pascal Michel debió convencer a las autoridades de que el tomate es una fruta. Hizo investigaciones exhaustivas al respecto y encontró referencias sobre los diferentes tipos de tomate que datan del Siglo XV.
Miche comenzó a hacer la promoción de su vino de tomates, pero cuenta todavía con la transmisión de boca a boca y de la visita de turistas, para poder dar a conocer su bebida.
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