Tebaida Nº 5, el vino Top de la bodega Casar de Burbia, estrena añada y nueva imagen

93 puntos Parker avalan la calidad y exclusividad de este vino.

Casar de Burbia –D.O. Bierzo- acaba de lanzar al mercado la cosecha 2008 de Tebaida Nº 5, coincidiendo con el lanzamiento de su nueva imagen.

Sin duda alguna, es el vino de autor de la bodega berciana. Su primera añada fue la de 2005 y esta es la cuarta cosecha disponible. Su calidad le ha hecho merecedor de 93 puntos Parker en sus dos anteriores añadas, 2006 y 2007. Su elaboración y procedencia, de pagos de producción muy limitada -9 hl/Ha- nos acercan a la singularidad de este vino, el más exclusivo de Casar de Burbia, del que sólo se elaboran 1.000 unidades cada año. Una exclusividad que la bodega ha querido recoger en la nueva imagen del vino, tanto en su etiqueta, con fondo negro, sobria a la par que elegante, como en la botella, que ha pasado a ser bordelesa troncocónica y de mayor peso y calidad.

Este vino que ahora se presenta, variedad 100% Mencía, procede del Pago Nº5 del viñedo Viña Sapita, el más alto y más antiguo del viñedo, plantado en 1903 por D. José Bouza Potes. Un viñedo con orientación sur-este, único por su composición en pizarra, cuarzo, arcillas, aluminio y hierro, que aportan esos toques minerales tan característicos de Tebaida Nº 5.

Finalizada su vendimia manual el 15 de Septiembre de 2008 y tras un cuidado proceso de selección y elaboración, el vino ha reposado 21 meses en 4 barricas de roble francés nuevas de Troncais y Bertrange, para concluir con su embotellado sin filtrar por decantación natural.

Isidro Fernández Bello, enólogo de la bodega, define el resultado de la nueva añada 2008 como fresca, de maduración lenta y característica del clima atlántico. Dando lugar a un vino que a la vista resulta limpio y brillante, de color rojo picota con reflejos cardenalicios. Lágrima abundante, rápida y coloreada, lo que indica una larga vida. En nariz se muestra franco en aromas de buena intensidad, las notas de crianza de extraordinaria madera nueva —que recuerdan al coco y a la vainilla— ensamblan perfectamente con todas esas frutas negras maduras (grosella negra, zarzamora) y frutas de hueso que van creciendo. Después aparecen los tonos minerales y balsámicos, anticipando una rica elegancia. La entrada en boca es amable. A su paso se muestra untuoso, con medida acidez, buen volumen y mucho peso de la fruta. El tanino es noble, con cuerpo, y muy bien equilibrado a pesar de su juventud. En vía retronasal regresa el torbellino de frutas, y los agradables recuerdos minerales y balsámicos dan lugar a un final de boca largo y elegante.