Bodegas Elosegi comercializa en lata el primer vino con denominación de origen

[Fuente: noticiasdegipuzkoa.com]

Los consumidores más despistados la podrían confundir con una bebida energética por su formato. El innovador diseño tampoco es muy explícito pero se puede leer Vin de Bordeaux escrito encima de la marca: Pink Grap . Es una lata de vino y la distribuye desde el pasado mes de junio la empresa guipuzcoana Bodegas Elosegi.

Aunque el vino en lata no es un producto totalmente novedoso ya que se distribuye en diversas partes del mundo, sí es la primera vez que se comercializa de esta forma un caldo con denominación de origen, en este caso de Burdeos. El producto salió al mercado el pasado 15 de junio y ya ha llegado al pequeño comercio y a los supermercados, donde se vende a un precio aproximado de 1,80 euros.

«El formato busca un público joven. A ver si podemos llegar a que la gente joven empiece a consumir vino», dice Mikel Elosegi, gerente de Bodegas Elosegi. El formato del envase, de 25 centilitros, es el equivalente a una dosis de dos copas ya que una lata de 33 centilitros, como las de cerveza «sería excesivo», dada la alta graduación del vino.

Aunque el público joven, habitualmente más alejado de esta bebida, es uno de los objetivos, Elosegi no se olvida del bebedor tradicional. «El cliente habitual de vino que esté acostumbrado a una gama media alta debe tener un formato cómodo para ir a andar al monte o a pescar con su barco. Esa gente puede demandar un vino de este tipo en un formato cómodo que permita evitar la botella, el sacacorchos y toda la parafernalia que lleva el vino. A veces la gente no bebe vino por esos inconvenientes», puntualiza el gerente de las bodegas guipuzcoanas.

La empresa situada en Olaberria se encarga sólo de la distribución. Compra el vino en Burdeos y lo envasa una empresa belga. Llega a Gipuzkoa ya envasado desde donde parte a los puntos de venta. «Hay cuatro envasadores de productos en lata en España que trabajan para todas las empresas pero no había ninguna por la labor de envasarnos el vino, más que nada porque es algo novedoso y puede ser delicado. En Bélgica localizamos una empresa que sí estaba dispuesta, hizo un estudio de revestimientos para el envase porque la adecuan a cada tipo de producto, dice Elosegi.

Lo curioso del caso es que la empresa guipuzcoana se topó con la posibilidad de comercializar este producto casi por casualidad ya que la idea inicial era enlatar sangría. «Buscando quién podía ayudarnos, localizamos en Burdeos a alguien que había registrado la marca Pink Grap e iba a hacer un primer ensayo, un hostelero que había sido músico y que una noche loca tuvo la idea. Nos pusimos en contacto con él y vimos que no se dedica a esto, que era una idea que le había surgido sin más y llegamos a un acuerdo para que él nos ceda su marca y nosotros elaboremos el producto y lo comercialicemos. Cuando lleguemos a unas cantidades la marca será nuestra», indica el gerente.

Fue entonces cuando se empezó a barajar qué tipo de producto se adaptaría mejor al formato. Las opciones se fueron reduciendo porque la ley española sólo permite envasar vino de mesa, ninguno con denominación.

«un plus» «Como el envase es relativamente caro para un vino de mesa buscamos un producto que le diera un plus a la lata y vimos que el Burdeos era una buena opción. Además, la persona que había registrado la marca había hecho los trámites necesarios y teníamos el plus de que es un vino con un reconocimiento en todo el mundo».

Con ese punto de partida, Bodegas Elosegi diseñó la lata y buscó un vino que fuera adecuado al envase. «No se puede meter cualquier producto y buscamos un tinto de Burdeos que se pudiera enfriar y que se pudiera beber algo fresco. Si el vino no aguanta la temperatura no vale y este es un 60% Merlot y 40% Cabernet Sauvignon que se puede beber a 10 grados», recalca.

El 15 de junio la empresa sacó el producto al mercado. Elosegi calcula que el lanzamiento ha costado en torno a los 70.000 euros en total, incluyendo el diseño, pero empieza a ver que es una buena inversión y que los frutos pueden llegar incluso antes de lo esperado. Aunque en un primer momento se pensó que el éxito llegaría sólo en el mercado internacional, el producto ya se comercializa en establecimientos de comida preparada, en supermercados y en tiendas de alimentación. Y los hipermercados están por llegar.

«Los hipermercados son administrativamente más lentos. Pero Alcampo ya ha dicho que está por la labor y Eroski y Carrefour también. La idea de estas empresas es esperar a que el producto esté en el mercado y que la gente lo conozca para luego incorporarlo pero Alcampo sí se ha interesado en ser el primero», desvela el gerente de las bodegas.

Sin embargo, el mercado internacional sigue siendo el que más expectativas levanta para este producto. La compañía vasca ya tiene contactos «muy avanzados» en Japón, Corea, Taiwan y La India dentro del mercado asiático y en Estados Unidos y Canadá. Además, el producto se venderá en Togo, donde Bodegas Elosegi ya comercializa vino.

Elosegi es consciente de que al bebedor tradicional europeo le puede costar beber de una lata, aunque sólo sea en ocasiones especiales, pero piensa que no ocurrirá lo mismo en esos otros mercados.

«Son países con menos tradición vinícola y les importa menos que sea embotellado. Eso no quiere decir que tengan menos cultura de vino porque prueban muchas más cosas que nosotros. Pero a nivel de formatos van más a lo práctico», explica Elosegi.

«su momento» La bodega guipuzcoana no pretende que los bebedores más reacios cambien sus hábitos y beba vino en lata mientras come en su casa, pero sí que «tenga su momento para este vino en su tiempo de ocio».

Y para tranquilizarles especifica que el caldo no pierde un ápice de calidad por estar envasado en una lata. «No pierde nada. Está conservado al vacío. El aire que lleva se rellena con nitrógeno, no hay ningún problema de conservación. Es como si estuviera en un depósito de acero inoxidable, igual que en las bodegas».

En cuanto al precio de la lata, en torno a 1,80 euros, puede ser otro de sus atractivos, según Elosegi. «Contiene el equivalente a dos copas de vino y por una en un bar ya cobran por lo menos 1,20 euros así que creo que es adecuado», afirma.