Bodegas Monje crea un jardín y una ruta del vino como atracción turística

[Fuente: eldia.es]

Felipe Monje representa la quinta generación de una tradición familiar que se remonta a 1750. Bodegas Monje se define como un punto de referencia de la conservación, desarrollo y cuidado de todo un estilo de producción vitivinícola en Tenerife y las Islas Canarias en el entorno de Tacoronte-Acentejo.
RAFAEL BARRETO, El Sauzal

Felipe Monje representa la quinta generación de una tradición familiar que se remonta a 1750. Bodegas Monje se define como un punto de referencia de la conservación, desarrollo y cuidado de todo un estilo de producción vitivinícola en Tenerife y las Islas Canarias, en el entorno de la Denominación de Origen de la comarca de Tacoronte-Acentejo, en las medianías de El Sauzal. Desde finales del pasado siglo se encuentra inmersa en un proceso de renovación y expansión, de adaptación hacia las nuevas exigencias de los mercados competitivos de las Islas y de la Unión Europea, con una visión global que abarca desde la agricultura al turismo. En ese plan expansivo se inserta la promoción de su jardín del vino, con rutas guiadas por los viñedos, concebido para pequeños grupos y visitantes particulares. Felipe Monje explica que se trata de una ruta temática, donde además del viñedo se podrá contemplar la variada y amplia flora endémica autóctona y tradicional de las Islas Canarias, en unos espacios ideados para ello. El turista podrá visitar la bodega del vinagre, la casa de campo y degustar la gastronomía isleña.

A partir de la década de los años ochenta del pasado siglo Bodegas Monje emprende la modernización de las instalaciones que ha permitido alcanzar la elaboración de diez tipos de vino diferentes. Pero no todo quedó ahí, sino que, a partir de 2001, se inicia la reconversión de todo el viñedo, y «transformamos todo el sistema tradicional en la comarca con estructuras apoyadas para la mecanización de los cultivos, de tal manera que se incorporara la gente joven a la agricultura. Hay que tener en cuenta que si no se dan estas premisas de renovación los jóvenes no se incorporan al sector primario».

La bodega de La Hollera tiene capacidad para elaborar 250.000 litros de vino, pero se ha triplicado la superficie de la nueva planta, con 1.000 metros cuadrados en dos niveles. Felipe Monje recuerda que al principio se empezó con 500 metros cuadrados. Su emplazamiento es privilegiado, en plena medianía.

Aclara que «ese planteamiento renovador implicó la plantación de las variedades de uva listán negro, listán blanco, negramoll y tintilla y ahora hemos incorporado vijariego negra, marmajuelo y tinta monje (una variedad que hemos seleccionado aquí, en experimentación). Las nuevas variedades nos permitirán continuar mejorando la calidad de nuestros vinos».