[Fuente: Cinco Días]
Capçanes. Cualquier hebreo aficionado a la enología asocia el nombre de este pequeño pueblo de Tarragona a uno de los mejores vinos kosher del mundo: Flor de Primavera. La cooperativa vinícola que lleva el nombre del pueblo empezó a producir para la comunidad judía en 1995, después de aceptar el reto que llegó por casualidad en la feria de Bercy de 1994. Kosher significa apto o apropiado en hebreo y califica a los alimentos elaborados con normas estrictas bajo la supervisión de un rabino.
Francesc Blanch, presidente de la cooperativa, cuenta que creyó que iba a resultar más difícil convencer a las 86 familias socias de que debían embarcarse en la aventura. ‘Entonces no sabíamos ni siquiera que era un vino kosher’. Pero aceptaron las difíciles condiciones que supone elaborarlo y el suyo se convirtió en ‘el primero para consumo de la comunidad judía que se hacía en España desde 1492’.
Capçanes produjo el año pasado 70.000 botellas de Flor de Primavera, que suponen el 10% de la facturación de cinco millones alcanzada el año pasado. Blanch explica que en 2006 duplicaron su producción y que este año prevén aumentarla otro 30%. La botella de vino kosher de Capçanes cuesta 25 euros. El 80% de la producción se exporta, principalmente a EE UU, Israel, Gran Bretaña y Alemania. Flor de primavera cuenta con el reconocimiento de la comunidad hebrea, que lo designó como el mejor del mundo hecho fuera de Israel. Blanch asegura que ese galardón ha sido beneficioso, ‘porque si alguien puede hacer un vino así puede cualquier otro’. Tras la experiencia de la cooperativa varias bodegas se han atrevido también a hacerlo ‘pero la mayoría han abandonado’.
Blanch intervino, como ejemplo de creatividad, en el forum Renacer O7 organizado por Infonomia en Barcelona. Explicó que la bodega adaptó sus instalaciones para identificar y aislar las partidas de uva destinada a la elaboración del vino. La cooperativa deja la uva recogida en cajas y seis trabajadores de la comunidad hebrea se encargan de continuar el proceso. La bodega asume la dirección técnica del vino, pero las partidas que prueban ya no son aptas para el consumo judío.
El rosado de Capçanes Mas Donís 2006, denominación de origen Montsant, fue escogido el mejor rosado entre los presentados al certamen de Burdeos procedentes de 43 países.