Se trata de un monovarietal de la uva blanca autóctona del Bierzo: La Godello.
Después del éxito cosechado por sus tintos, la bodega berciana Casar de Burbia se atreve con un vino blanco, y lo hace, como no podía ser de otra manera, con la uva autóctona de la zona, la Godello. Así nace Casar Godello 2011, un vino que destaca por su volumen, untuosidad y la estructura que aporta la crianza en lías.
Es un vino que nace después de mucho trabajo, como afirma el director técnico de la bodega, Isidro Fernández: “Durante los últimos cuatro años hemos elaborado vinos blancos. En principio el fin era aprender a trabajar las lías y así poder trasladar todo lo que allí aprendíamos al vino tinto, que es nuestra primera vocación. Pero por el camino no hemos podido, ni querido, evitar coger cariño y devoción por la variedad autóctona de blanco del Bierzo. Por todo ello, y debido a las excelentes condiciones de la uva de este año, por fin hemos decidido bautizar al vino con la marca e imagen de la bodega y tras este camino ve la luz Casar Godello 2011”.
No obstante, el lanzamiento de una nueva referencia al mercado, no sólo viene marcado por la emotividad, sino que forma parte de la manera de entender el vino en Casar de Burbia. “No solo es una cuestión de afecto o gustos, porque detrás está el trabajo en tintos de muchos años, es también una cuestión de filosofía de la bodega. Se trata de un vino en sintonía con el resto de tintos de Casar de Bubia, es decir algo más, sobre todo por su complejidad y longitud”, comenta Isidro Fernández.
En definitiva, un Casar Godello 2011 conquista por ser un vino con cuerpo, volumen y cremoso y por su frescura que invita a seguir disfrutándolo.
Además, la bodega, ha utilizado en su packaging la botella ECOVA de bajo peso para reducir la huella de carbono en la proporción fijada por los estándares de la Unión Europea para el sector, por lo que Casar de Burbia reducirá la emisión de gases de efecto invernadero, dando un paso más en su política medioambiental.