Cuatro bodegas bercianas -Descendientes de J. Palacios, Raúl Pérez, Casar de Burbia y Castro Ventosa- y siete de sus vinos se sitúan entre los ‘elegidos’ por la revista norteamericana, The Wine Advocate.
Acaban de darse a conocer las nuevas valoraciones del gurú del vino, Robert Parker, esta vez referentes a la D.O. Bierzo. Descendientes de J. Palacios, Raúl Pérez, Casar de Burbia y Castro Ventosa se sitúan entre las mejores bodegas de la región con puntuaciones desde los 97 a los 94 puntos. Moncerbal 2011, de Descendientes de J. Palacios es el vino mejor valorado con 97 puntos. Tras él, Ultreia de Valtuille 2010, de Raúl Pérez, con 96 puntos y de nuevo un Palacios, La Faraona, con 95 puntos. Llegados a los 94, aparecen dos nuevas bodegas, Casar de Burbia y Castro Ventosa, con sus respectivos vinos, Tebaida Nemesio 2010, al que califican como ‘diferente’ al resto de los vinos, a camino entre un Borgoña y un Burdeos, y Valtuille Cepas Centenarias 2010. Ambos igualan puntuación con vinos de Descendientes de José Palacios, Corullón 2010 y Las Lamas 2011.
Por detrás de estas bodegas y sus siete vinos Top, se sitúa una selección de 110 vinos con puntuaciones que oscilan desde los 93 a los 82 puntos. Unas nada desdeñables calificaciones tratándose de una de las listas de mayor influencia internacional. En esta franja y siempre por encima de los 90 puntos han incrementado su valoración otros vinos de la bodega Casar de Burbia: Tebaida Nº 5 2010 (93 puntos); Tebaida 2010 (92 puntos); Casar de Burbia 2010 (91 puntos); Hombros 2010 y Casar Godello Fermentado en Barrica con 90 puntos respectivamente.
El responsable de estas puntuaciones es Luis Gutiérrez, un crítico exigente, de criterio independiente y con una dilatada experiencia en el mundo enológico y gastronómico. Así es el encargado de evaluar los vinos de España, Chile y Argentina para Parker y la prestigiosa revista norteamericana TWA -The Wine Advocate-.
En definitiva, se tratan de excelentes críticas para esta región vitícola española. Con cerca de 3.000 hectáreas de viñedos, la mayoría viejos y formados por pequeñas parcelas, repartidas entre unos 2.500 productores. Una zona caracterizada por un terruño singular, con suelos arcillosos, de cuarzo y otros minerales, que en altura se convierten en pizarrosos, aportando notas muy especiales a sus vinos. Aquí, pequeñas bodegas familiares, muy apegadas a la tierra, apuestan por la elaboración de vinos de calidad, aunando tradición y modernidad para lograr un merecido reconocimiento en el mercado internacional.
Casar de Burbia
Una bodega familiar, ajena a las prisas, que lleva más de dos décadas elaborando vinos de alta calidad bajo su lema: ‘Bierzo en esencia’.
Así define, Gutiérrez y su equipo a estas bodegas: “fundadas a finales de los años 80 por Nemesio Fernández y hoy su hijo, Isidro Fernández Bello, quién está a cargo de sus 27 hectáreas de viñedo propio en la localidad de Valtuille de Arriba. En él se identifican varias parcelas que muestran características específicas de acuerdo a tres grupos que dan lugar a sus tres líneas de vinos. Así, Tebaida y Tebaida Nº5, pertenecen a los viñedos más altos; Su vino, Hombros, procede de laderas en pendiente con suelos ricos en arcilla y pizarras. A más baja altura se originan su vinos afrutados. Isidro, gerente y enólogo de la bodega tiene una gran reputación en la zona y pone mucha atención en todos los detalles, cuidado y pasión que se transmite en sus vinos, lo cual me ha sorprendido. No hay necesidad de decir que sólo utilizan uvas de sus propios viñedos para producir sus vinos. Todos los Tintos, salvo Tebaida Nemesio, muestran una fuerte ‘personalidad Burdeos’ que me sorprendió gratamente”.