[Fuente: elperiodicoextremadura.com]
El grupo de investigación «Aceites y Vinos», integrado por diversos grupos de la Universidad de Extremadura y coordinado por Miguel Macías, ya ha presentado a la Junta el proyecto de la «nariz electrónica», que permitirá detectar en 10 segundos los posibles errores de toda la cadena de producción.
Se trata de un multisensor del tamaño de una caja de zapatos, que actuará sobre el control de calidad de los vinos y aceites, sectores de gran importancia en la economía y agricultura de la región, extremeña, según explicó a Efe la profesora de enología Julia Marín, que participa en el proyecto como investigadora.
El grupo de investigación presentó este proyecto en la última convocatoria de ayudas a la investigación y desarrollo de la Junta de Extremadura, cuya resolución se hará pública a lo largo del mes de octubre, aproximadamente, indicó Marín.
El proyecto ha sido avalado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana y otras instituciones, y si la Junta les concede las ayudas, «podrá utilizarse también para la cata de jamones, quesos y cualquier otro producto de la región».
La nariz electrónica es capaz de detectar en 10 segundos los posibles errores y anomalías del proceso de elaboración del vino y actuar así con una respuesta inmediata.
Esta herramienta determinará la calidad de la materia prima y su maduración y evolución durante su producción, así como la monitorización de la fermentación, procedencia y detección de anomalías.
El grupo de investigación prevé desarrollar este proyecto en dos años, en los que se perseguirán dos objetivos: el control de la calidad y utilizar la nariz como un catador más.
Así, la nariz electrónica se concibe como un aparato compacto y de fácil transporte con un detector que «huele» la muestra de vino y a través de unos sensores produce un «cromatograma» con los resultados obtenidos, un sistema que permite el análisis no destructivo del producto.
Según Marín, este aparato pretende ser un catador más dentro del panel de las catas que juzga un vino, «porque la valoración es muy subjetiva», añadió.