[Fuente: larazon.es]
Ha escrito sobre judíos, médicos, curanderos y chamanes, y ahora con «La Bodega» (Roca Editorial) da un bocado a un mundo totalmente asentado en Europa y cada vez con mayor número de adeptos en Estados Unidos. Noah Gordon centra la novela con la que rompe ocho años de silencio en el mundo del vino, donde desarrolla una serie de intrigas apasionadas que tanto caracteriza su literatura, con marcado acento español. «España es el país del mundo con más tierra dedicada a cultivar vides, y eso me lleva a pensar que se hace el mejor vino», explicó ayer el escritor. El secreto también es «la combinación de ciencia y espontaneidad» que practican nuestros bodegueros. La novela está ambientada en la España de finales del siglo XIX, con el trasfondo histórico de las guerras carlistas y el asesinato de Prim, «con tantos misterios a su alrededor como el del presidente Kennedy».
Una obsesión
Fue precisamente con una visita a España como Noah Gordon descubrió la inagotable cultura del vino. Era 1990 y fue «una experiencia nueva, porque hasta entonces había vivido sin vino y, poco a poco, fui sintiendo aprecio por este mundo hasta convertirse en una obsesión», dijo el autor. La obsesión llegó hasta tal punto que, tras escribir el viaje iniciático de Yonah Toledano a partir de la expulsión de los últimos judíos, decidió apostar una historia en la que el protagonista se llama Josep Álvarez y, aunque descubre el arte de la elaboración de los caldos de la mano de un viticultor francés, la novela entra de lleno en Cataluña y tradiciones como las de los «castellers». «El protagonista comparte con los catalanes que sabe disfrutar de la vida por básicas que sean las cosas, así como su extraordinaria capacidad de trabajo», añadió.
La «lucha contra los elementos» que emprende Josep para elaborar un buen vino sirve al autor para desarrollar subhistorias personales hasta llegar a una sucesión de intrigas que han hecho de sus novelas verdaderos «best-sellers». Sólo de «El médico» lleva vendidos en nuestro país alrededor de millón y medio de ejemplares, y de esta nueva novela Roca lanza la nada desdeñable cifra de 175.000 volúmenes en español y otros 25.000 en catalán.
Los números no engañan, aunque tampoco hay que olvidar que han pasado ocho años desde que publicó «El último judío». «Tras este éxito me sentí presionado para retirarme y pensé que podría seguir escribiendo cuando quisiera, pero la literatura exige disciplina e incluso un horario determinado», explicó Noah Gordon, que también tuvo que enfrentarse a la enfermedad de dos familiares.
Ahora quiere dar un nuevo salto en su prolífica carrera literaria porque «a medida que me hago mayor, la inspiración se agudiza más y se me ocurren muchas ideas. Además, si a los 81 años crees que puedes escribir todavía muchas historias es que eres un poco tonto», apuntó.
Lo cierto, dice, es que el trabajo de documentación para narrar una historia de corte realista en ambientación de época es más sencillo hoy porque en sus inicios literarios «tardaba cinco o seis semanas en completar la documentación en la biblioteca, y ahora con el ordenador puedes obtener los datos en apenas 20 minutos». No obstante, este ex periodista sentenció que «los detalles obtenidos sobre el terreno tienen gran validez para dar realismo, y eso te lleva a sentir una enorme responsabilidad, porque el lector tiende a convertir lo que lee en verdad».