[Fuente: agroprofesional.com]
La calidad del buen vino de Menorca es indiscutible, a pesar de los altibajos que ha sufrido durante la historia. El inicio de la producción del vino en esta isla Balear empezó en 1231, con motivo del pacto que firmaron los musulmanes con el Rey Jaume I de Malorca, por el cual los primeros le deberían vasallaje al monarca. Pero no fue hasta los años 80 del siglo XX, cuando se empezó a comercializar el vino.
Es Mercadal, un municipio en el centro de Menorca, el impulsor de este proyecto, que modernizó la producción, además de seleccionar cepas específicas.
Los vinos con la mención “Vino de la Tierra Illa de Menorca” deben proceder de concretas variedades de uva. Respecto a la uva negra, deben ser Cabernet Sauvignon, Merlot Monastrell, Tempranillo y Sirah. En el caso de la uva blanca, Chardonay, Macabeo, Malvasia, Moscatell, Parellada y Moll.
La vendimia se hace con el mayor cuidado y se dedica exclusivamente a la elaboración de los vinos protegidos la uva más sana, con el grado de madurez necesario y una graduación alcohólica volumétrica natural mínima del 11,5 por ciento en volumen para las variedades blancas y el 12 por ciento en volumen para las variedades negras.
Los vinos tintos de Merlot y Cabernet Sauvignon son los más representativos de la zona. Son vinos de color cereza brillante. Destacan los aromas de frutas rojas y especiales. En boca son vinos redondos, de dimensión media, bien estructurados y equilibrados.
Entre los vinos blancos más destacables, se encuentran los monovarietales de malvasía, elaborados con uvas sembradas en el Parque Natural de s’albufera des Grau. Son vinos de color amarillo pálido brillante. Se caracterizan por su gran caudal aromático, destacando los aromas vegetales y florales. En boca son vinos frescos, secos y de elevada intensidad y duración.
Las bodegas isleñas más representativas son Ferrer de Montpalau, que pertenece a las bodegas menorquinas Crispin Mariano de Es Mercadal. Este productor de vino, se identifica sobre todo por utilizar la indicación de Vino de la tierra Isla de Menorca, y por su vino tinto.
Las bodegas de Binifadet, que se encuentran en el municipio de Sant Lluís, destaca por la precisión del Merlot, el Chardonay y el Sirah. S’Hort de Sant Patrici, es un grupo de vinicultores establecidos en Ferreries, que también han tenido mucho éxito con el queso.
La bodega Vinya Sa Cudia, que es una explotación familiar fundada en 1999, que son los encargados de cultivar las cepas en el Parque Natural de S’Albufera des Grau, entre piedras de pizarra y sin más agua que la de la lluvia, además de elaborar el excelente vino blanco seco que antes hemos remarcado. La última bodega destacable, es la de Vi de s’Illa, que se encuentra en Alaior, y la marca que la caracteriza es Rubí del Mediterráneo.