Vitral es el vino más caro de España, con diferencia. ¿Merece la pena pagar tanto?

A pesar de no estar aún disponible, casi todas las botellas han sido ya reservadas. ¿Qué se esconde detrás de este particular caldo navarro?

Mezcla de uvas cabernet sauvignon, tempranillo y merlot; 688 botellas a la venta; un color rojo cereza picota con brillos azabaches; y, sobre todo, cerca de 2.000 euros por botella. Así es Vitral, el vino más exclusivo producido en nuestro país que saldrá a la venta el próximo mes de septiembre.

Elaborado en Navarra, Vitral utiliza uvas de la cosecha del 2013 recogidas a través del proceso de vendimia manual, con una mínima temperatura de maceración de una semana en frío, previa al proceso de fermentación.

Los 2.000 euros que cuesta superan los precios de las producciones más exclusivas de nuestro país.

En declaraciones a ‘The Drinks Bussiness’, Guillermo Penso, director de Bodega Otazu e hijo del fundador de la empresa, cuenta que está preparando “el vino más caro de España, de lejos”. A pesar del sorprendente precio, Penso afirma que casi todas las botellas están ya vendidas. Los clientes que han decidido comprar este oro rojo de manera anticipada son de países tan variopintos como China o Venezuela.

Según sus productores, el caldo tiene una “nariz elegante dominada por fruta negra concentrada, intensa mineralidad, notas balsámicas y con una madera bien integrada”. Calificado como un vino de enorme complejidad, por lo que se refiere al gusto aseguran que posee una “boca estructurada, pero con taninos muy finos”, destacando en particular su frescura y su equilibrio.

Los 2.000 euros que cuesta, hacen que supere el precio de las producciones más selectas de nuestro país como el Pingus (1.590 €, añada del 2001), el Vega Sicilia Único (750 €, añada 2003), L’Ermita (1.650 €, añada del 2013) o La Faraona (850 €, añada del 2012). Vitral se coloca así a la altura de vinos internacionales como el Burdeos Le Pin (2.000 €) o el californiano Screaming Eagle (1.800 €).

Adquirir o no vinos caros

¿Merece la pena comprar vinos con precios tan desorbitantes?, según ‘Wine Folly’, uno de los blogs educativos sobre vinos de mayor prestigio, cuando el precio aumenta, sucede algo curioso: los entusiastas del vino saben distinguirlos mejor, mientras que los legos apenas notan la diferencia.

Robin Goldstein, autor del estudio ‘Do More Expensive Wines Taste Better?’, afirma que “en una cata a ciegas con más de 6.000 degustaciones, hallamos que la correspondencia entre el precio y la calificación general es pequeña, lo que sugiere que los individuos sin formación vinícola disfrutan menos de los caldos más caros. Para los sujetos con formación, sí existe una relación directa entre el precio y la valoración”.

Cuanto más económico es un vino menos dinero va a parar al proceso de fermentación y a la calidad de la uva en sí

‘Wine Folly’ defiende su propia teoría sobre el porqué de este fenómeno, aseverando que la ignorancia es la causa final: el gusto de los vinos baratos se debe al azúcar residual que acaba mejorando su sabor.

El azúcar residual proviene de la fructosa y la glucosa del mosto. Durante la vinificación, la levadura convierte el azúcar en alcohol, dando lugar a un caldo seco. Sin embargo, no todo el mosto se fermenta, quedando una cierta dulzura sobrante. Esta técnica es común tanto en vinos caros como en baratos, pero es más típica en los económicos para esconder la baja calidad de la materia prima. Las variedades de uva de más calidad producen, sin embargo, una mayor riqueza en el resultado final, sin necesidad de recurrir al azúcar residual.

Calificamos la calidad en términos como riqueza o cuerpo. Dado que dicha riqueza se puede conseguir con el sabor dulce, para los profanos, el carácter de los vinos caros y baratos acaba siendo semejante.

Cuanto más económico es un vino, menos dinero va a parar al proceso de fermentación y a la calidad de la uva en sí. Si bien es cierto que existen óptimos vinos baratos, estos tienen que fabricarse en grandes cantidades para resultar rentables. En una producción a gran escala, los procesos de elaboración se ven modificados. Estos cambios van desde el tiempo efectivo que el vino permanece en la barrica hasta la calidad de la madera en que ha sido conservado, pasando por una vendimia realizada con procesos mecánicos o que las clases de uva se combinen.

Por Gonzado de Diego Ramos en elconfidencial.com.