Vinos blancos, rosados y espumosos apetecen más en verano, pero hoy tenemos buenas noticias para los legionarios de los tintos. Perdonad si el titular os ha hecho pensar en una copa con hielo, gaseosa y vino, pero Juan Ruiz Henestrosa, sumiller de Aponiente, nos abre los ojos sobre los mejores tintos para maridar con los platos estivales.
Suelen ser frutados, golosos, algo especiados y –¡eureka!– podemos beberlos más frescos de lo habitual (que ronda una temperatura promedio de entre 15 y 18º C). Bravo por blancos y rosados, que encuentran en el termómetro a punto de derretirse a un gran aliado, y bravo también por quienes adoran llenar sus copas con tintos.
Para curarnos de espanto, hemos hablado con Juan Ruiz Henestrosa, sumiller de Aponiente y Premio Nacional de Gastronomía 2015 al Mejor Sumiller, y estos son sus imprescindibles de la temporada.
“Los vinos tintos son también para el verano”, sentencia Ruiz Henestrosa, sobre todo los que se elaboran en zonas como Galicia, el Bierzo, Cádiz o, incluso, en Loira y Borgoña (Francia) porque son ricos en matices minerales que “los hacen más que interesantes para acompañarnos a cualquier hora en estos meses”.
MORGON. Bodegas Marcel Lapierre, Francia
“Es una delicia para los días calurosos”, dice Ruiz, por ser fresco y rico en notas frutales. No hay que tener miedo a bajarle unos grados, mejor si lo hacemos en una cubitera con abundante hielo y agua, aunque hay que temerle porque “es tan bueno que invita a seguir bebiendo”. Se puede disfrutar con algo de chacina, un pollo asado y pescado al horno.
ALBA ROJO PAGO DE MIRAFLORES. Alba viticultores, Sanlúcar, Andalucía
«Un vino para tener sed», confiesa Juan desde Aponiente, por su fruta ligera y su maceración carbónica de tempranillo sanluqueña. No duda en tomarlo con un buen espeto de sardinas o unas caballas asadas con su piriñaca.
SOTORRONDERO. Bodegas Jiménez-Landi, D.O.P. Méntrida
“Muy rico”, asegura el sumiller, con cuerpo y con aromas que recuerdan al eucalipto y al laurel gracias a la suma de las variedades syrah y garnacha. Su mejor compañero a la mesa es un arroz o una caldereta de pescado.
HABLA DE LA TIERRA. Bodegas Habla, Vino de la Tierra de Extremadura
Suelos difíciles, poco fértiles y con agua en niveles mínimos, ¿alguien podría sobrevivir allí? Sí, las vides, de Bodegas Habla, en Trujillo, que son el punto de partida de vinos interesantes. Habla de la Tierra es el resultado de la mezcla de cabernet sauvignon, syrah y tempranillo, un vino goloso y fresco, con notas balsámicas y frutos rojos “a reventar”. Acompaña, perfectamente, unas verduras a la brasa y cualquier tipo de carne blanca.
PÉTALOS. Bodegas Descendientes de J. Palacios, D.O. Bierzo
Casi en su totalidad mencía, plantada en suelos rocosos de pizarra, es un vino jovial y elegante, cargado de fruta negra y notas balsámicas. «Fabuloso con cualquier ensalada, quesos y salazones, como la cecina o la mojama», cuenta Juan.
ALGUEIRA MERENZAO. Bodegas Algueira, D.O. Ribeira Sacra
Juan Ruiz nos lleva hasta Galicia para probar este monovarietal de merenzao, un vino frutal y muy bien estructurado. «Espectacular con cualquier pescado azul y queso cremoso».
BASTIÓN DE LA LUNA. Bodegas Forjas do Salnés, D.O. Rias Baixas
En la subzona del Salnés se elabora este vino con uvas de la tierra como la mencía, loureiro, espadeiro y la caíño tinto. Es especiado, muy sabroso y rico en minerales. Las características de este vino lo hacen fácil de beber con carnes y pescados asados, calderetas, parrilladas (tanto de pescados, carnes o verduras) y ensaladas. ¿Un comodín que nos da Juan? Probadlo con quesos.
Foto y texto: Antonella Ruggiero, AARAG (@nellaruggiero). Visto en guiarepsol.com.