Origen y Yellow Tail

Acabo de leer un artículo en el blog de Pancho Campo que lleva por título “Rioja y Yellow Tail, una elección sobre el gusto del consumidor “

y no he podido evitar mirar al pasado por la curiosa coincidencia sobre el resultado de la cata a ciegas que nos cita el autor del artículo en cuestión.

No sé cómo surgió la idea, o cual fue el comienzo de nuestra aventura, pero el tema es que después de una placentera comida con grandes amigos a los que añoro cada día, nos vimos envuelto en un proyecto que agrupaba a una veintena de personas, la idea era elaborar nuestro propio vino.

Una pequeña inversión de 100€ por persona, un par de depósitos de inoxidable, una despalilladora prestada, unas bombas de remontado, un serpentín de una máquina de cerveza (prestada), una placa de refrigeración de 3 metros y un sábado de vendimia comenzando lo que a la postre sería Origen, nuestro primer vino.

Para decidir y dar forma a la apertura de nuestro proyecto, pensé en realizar una cata a ciegas, con diferentes tipos de vinos, preparé todo el material, fichas, manteles, copas,los vinos, todos esperaban un curso magistral de cata, pero sólo me dediqué a pedir a mis amigos y compañeros que se dejaran llevar por sus sentimientos, simplemente que digan el que más les gustó.

Que vino ganó??

Yellow Tail Shiraz uno de los vinos más vendidos del mundo y ganó por mayoría.

Decidimos hacer un Shiraz fácil de beber, ligero afrutado y con toques de madera que le aporten aromas sutiles y sabores agradables, un vino para disfrutar. Utilizando como no, chips de roble, el resultado…el mejor de los vinos que hicimos hasta día de hoy.

Origen. nombre que da a nuestra primera creación, y será el referente para el resto de las añadas que le siguen.

Creo que como nos comenta pancho en sus reflexiones, el vino es para disfrutar, no hace falta ser un experto para que un vino te llegue, solo es necesario que te guste, y si es en compañía mejor. Lo demás viene sólo.

Estoy convencido que estamos haciendo las cosas mal en este país, pues no sabemos llegar a las personas ni transmitir un mensaje menos elitista y más encaminado a disfrutar de una copa. Olvidarnos de describir un vino con precisión, es mejor un lenguaje coloquial y que simplemente despierte curiosidad.

Aquel día conseguimos algo de lo que me siento muy orgulloso, crear una excusa entorno al vino para juntarnos por lo menos una vez al año y disfrutar en compañía, rodeado de amigos con un solo fin, volver cada año.