[Fuente: gizmodo.es]
Si pides un vino caro está claro que una compensación inherente al pastizal que te vas a gastar, es el hecho de poder regodearte aireando la copa como si estuvieras acariciando un gato de angora con la otra mano.
Pero este gesto necesario puede llevarte a rozar la decadencia del hedonismo burgués y que te empieces a plantear llevar chistera por la calle si lo repites mucho. Tranquilo, Gizmodo acude en tu ayuda con Trevi Aerating Wine Glass, una copa de vino “concéntrica” que airea por sí sola.
Consiste en una copa de vino normal pero que en su interior cuenta con otra copa con agujeros que permite que al verter el vino este se aireé de forma automática sin que tengas que ir moviendo la copa.
Pero quitando su supuesta eficacia hay que aceptar que la copa resulta muy curiosa y elegante, tanto que dan ganas de emborracharse como un adolescente sólo por el hecho de seguir viendo como cae el vino por sus intrincadas formas.
Podrá ser tuya por 22 dólares o por menos si la compras en packs de más de 6, pero eso sí, el precio no incluye una explicación de por qué demonios se llama Trevi cuando la única forma de que tenga algún parecido con la Fontana sería si apareciese Anita Ekberg de repente.