Codorníu lanza el primer albariño catalán

[Fuente: expansion.com]

La capital británica reúne esta semana a las principales bodegas del mundo. Países como Australia, Chile, Francia, Italia, Alemania, Argentina y España copan el grueso de los stands de la London International Wine Fair, donde también pueden catarse vinos procedentes de países como Estados Unidos, Austria, Hungría, Uruguay, Georgia, Turquía, Canadá, Malta y Nueva Zelanda.

Codorníu ha decidido aprovechar la feria para presentar algunas de sus últimas novedades. Destaca el lanzamiento al mercado del primer albariño elaborado fuera de Galicia. El vino procede de la bodega que el grupo familiar tiene en Raimat (Lérida), perteneciente a la denominación (DO) de origen Costers de Segre.

“Raimat Albariño es el primer vino gallego catalán”, explica Elisa Errea, una de las enólogas que Codorníu ha desplazado a la feria. La empresa plantó cepas de la variedad albariño en su finca de Raimat hace ocho años y, ahora, ha embotellado la primera cosecha. Este tipo de uva es la propia de la DO Rías Baixas, aunque, según Errea, también está autorizada por otras denominaciones de origen, como Costers de Segre, aunque casi nadie la utiliza fuera de Galicia.

Codorníu, sin embargo, ha detectado también la necesidad de poder ofrecer a sus clientes un vino de la DO Rías Baixas y ha anunciado en Londres el próximo lanzamiento de Leiras. Se trata de un albariño elaborado por enólogos de Codorníu en una bodega de Galicia a la que han alquilado parte de las instalaciones.

En la práctica, este producto supone la entrada de la compañía de la familia Raventós en la DO Rías Baixas y abre la puerta a la posibilidad de construir una bodega propia en la zona a medio plazo. Codorníu posee ahora 10 bodegas ubicadas en Cataluña, Ribera del Duero, Rioja, Valle del Cinca, Argentina y California.

El grupo, que facturó 221 millones de euros en su último ejercicio, ha acudido a Londres con un equipo de cuarenta profesionales dispuestos a no dejar escapar ninguna oportunidad de negocio. El principal reto es lograr diferenciarse entre los 1.200 expositores y atraer la atención del máximo número de expertos catadores y compradores presentes en el salón, entre los que destacan responsables de cadenas de supermercados como Tesco y Sainsbury.