Aunque en las últimas semanas la bodega de Marqués de Riscal con el proyecto arquitectónico de Frank Gehry han copado los medios de comunicación desde luego no se trata de un caso aislado. Las bodegas riojanas han pasado a ser los santuarios del nuevo peregrinaje enológico. Parece que este tipo de «peregrinos» deberían tener suficiente con poder ver los venerados lugares donde se producen los grandes caldos, pero las bodegas quieren incorporar aún más atractivos a esas visitas.
Sólo la zona comprendida entre Logroño y Haro se concentran en menos de 50 kilómetros toda una variedad de proyectos de grandes arquitectos: la tienda de Zaha Hadid para López de Heredia y Viña Tondonia, la bodega de Iñaki Aspiazu para Bodegas Baigorri, la nave de vinificación de Phillipe Mazières para Viña Real, la bodega de Ignacio Quemada para Juan Alcorta y la de Santiago Calatrava para Ysios junto con el, ya mencionado, complejo turístico de Frank Gehry para Marqués de Riscal. De todas formas se trata de sólo una pequeña muestra de la colaboración entre grandes bodegueros y grandes arquitectos que actualmente se puede ver en España. Otros proyectos incluyen a arquitectos de renombre como Moneo, Fosters, Rogers, …
Lo cierto es que la ruta de las bodegas lleva camino a convertirse en uno de los principales atractivos turísticos españoles en el siglo XXI. ¡Incluso para los abstemios!