[Fuente: lavozdigital.es]
El vino es uno de los productos que más se regalan, y muchas botellas se pierden porque no se guardan en el lugar adecuado. Pinkleton&Wine es un club y la primera empresa española que ofrece custodia de vino
La guarda o custodia del vino es fundamental para que este «ser vivo» mantenga intactas sus propiedades. Necesita mimos y cuidados intensivos, pero conseguir condiciones naturales para la conservación y envejecimiento de los vinos no es fácil y mucho menos si los caldos están en lugares inapropiados: el armario de la cocina, el hueco de la escalera, el rincón de la terraza… O se tienen armarios frigoríficos de conservación de vinos (dificíles de encajar en las casas pequeñas) o hay que beberlos rápido para que no se estropeen.
Con la idea de que los vinos no se pierdan y estén donde se merecen, se ha creado el Club Pinkleton&Wine, la primera empresa española que ofrece a sus socios la posibilidad de guardar sus botellas en una bodega perfectamente acondicionada sin preocuparse del espacio, ni de vigilar la temperatura, ni el grado de humedad o la luz, todas esas variables que el vino necesita para conservarse correctamente.
Un servicio rápido
La idea partió de Leopoldo Roncedo, un empresario del sector de la alimentación, y de su esposa, Mar Bullón, que veían lo mal que guardaban el vino sus amigos: cuando les invitaban a cenar a sus casas, lo abrían y se llevaban la sorpresa de encontrarse con que ese vino que tanto prometía había que tirarlo porque estaba picado, apagado, sin aromas, sin vida. Fue una idea, además, espoleada por la Navidad, cuando tantas personas reciben el regalo de muy buenos vinos… con un porvenir muy negro por su almacenamiento deficiente.
«El club funciona mediante socios -señala Mar Bullón-. Nuestro personal recoge las botellas en la dirección que el cliente indique y las traslada a una bodega acondicionada. También se encarga de llevarlas a su casa el día que el socio las necesite. Además, cada socio dispone de su bodega virtual a través de una extranet, donde puede conocer en cualquier momento el estado de la misma, llevar su libro de registros, realizar consultas y tramitar pedidos por internet o por teléfono. Cada botella va identificada con un código alfanumérico que el socio recibe para que no haya dudas. Y cuando el socio pide una entrega recibe en su correo electrónico o mediante un mensaje en su teléfono móvil la confirmación del pedido».
En el club P&W lo primero que prepararon fue el acondicionamiento de la bodega física, en una urbanización de las afueras de Madrid, en La Florida, con capacidad para más de ocho mil botellas, espacio que irán ampliando con el tiempo y las necesidades. La estancia se aisló mediante una capa de poliuretano extruido de 80 mm, el más eficaz del mercado, el menos inflamable y el más resistente en el tiempo. En la cava la humedad y la temperatura son las óptimas y se controlan electrónicamente, lo mismo que la luz, a base de lámparas de vapor de sodio, luz que no produce degradación en los vinos.
Categorías de socios
El club cuenta con diferentes categorías de socios dependiendo de la cantidad de vino que almacenan, del número de entregas a domicilio y de la antelación en los pedidos. Por ejemplo, un socio «Silver», con 24 botellas en la cava, 20 entregas al año y una antelación del pedido de 72 horas, paga una cuota mensual de 30 euros. Un «Golden», con 50 botellas, con 36 entregas en 48 horas desde su pedido, pagará 50 euros, y el socio «Platinum», con 120 botellas en la cava, 48 entregas al año y un pedido con 24 horas de antelación, tiene una cuota mensual de 100 euros. Esta última opción está indicada para los grandes amantes del vino.
«Cuando los socios piden sus botellas -puntualizan en P&W- las envolvemos en una faja elástica de cartón ondulado, elastowell, fabricada con un papel especial de dos capas, que protege a la botella de la presión y de los golpes. Todo esto se hace al vacío, con una bolsa laminada y un tratamiento especial contra los rayos ultravioletas.
La recogida desde la casa del socio también la hacemos en cajas especiales, resistentes a sustancias químicas, a la corrosión, al agua y al polvo. Se cierran con neopreno y tienen una válvula de purga automática para igualar las presiones cuando éstas varían». Al crear el club también tuvieron en cuenta a los amantes del vino que compran magníficos caldos cuando salen las cosechas -por tanto mucho más baratos-, y con la idea de tomarlos pasados 3 ó 5 años en las mejores condiciones.