[Fuente: laopiniondezamora,es]
La bodega Numanthia Termes, asentada en Valdefinjas, participó ayer por primera vez en una cata local desde que fuera adquirida hace pocos meses por el grupo francés Louis Vuitton-Moët Hennessy. El acto fue promovido por el Ayuntamiento y ha estado enmarcado en las fiestas de la localidad, cuyo alcalde, Ricardo García, anunció que los franceses tienen previsto ampliar las instalaciones y convertir en sala de catas y reuniónes la antigua iglesia del pueblo, «que fue adquirida hace unos años» por Numanthia Termes cuando se encontraba en manos de la familia riojana Eguren, que ahora regenta otra bodega en la localidad bajo el nombre de Dominio Eguren.
En la cata participaron ocho caldos, tres de ellos elaborados por los Eguren en su bodega riojana Sierra Cantabria, otros dos de la cooperativa Campiña, asentada también en Valdefinjas, y otros tres procedentes de bodegas que Louis Vuitton-Moët Hennessy posee en Argentina, Nueva Zelanda y Australia, ya que, como explicó el encargado de Numanthia Termes, Rubén Pérez, en estos momentos no disponen de stock en esta bodega. Por cierto que, Pérez explicó que Marcos Eguren «sigue de enólogo asesor», lo que garantiza que los afamados vinos Numanthia y Termanthia mantendrán la misma línea que les ha llevado a la cima del prestigio.
La cata, enmarcada en las fiestas de la localidad se celebró en una gran carpa colocada en la plaza, en donde se congregó un buen número de vecinos y familiares. El encargado de dirigirla fue el enólogo Carlos Gallego, quien comenzó definiendo a Valdefinjas como una «pequeña Sicilia, primero por lo que ha ocurrido aquí a nivel de bodegas, y segundo porque está rodeado de Toro por todas partes, es como una isla». El orden de los vinos se estableció en base a la añada. Así, se comenzó con un caldo de Nueva Zelanda, un Cloudy Bay Sauvignon de 2007, aunque, como puntualizó Gallego, «en este país acaban de concluir la vendimia de 2008; nos llevan una campaña por delante». El siguiente fue el vino riojano Murmurón 2007, un caldo «de maceración carbónica, parecido al Primero de Fariña». La cooperativa Campiña presentó un joven de 2006 y un roble francés de 2005, año desde el que llevan elaborando. Entre estos dos vinos se cató el Terraza de los Andes 2006, elaborado en Mendoza (Argentina), donde, según explicó el enólogo, «se hacen los mejores malbec -variedad de uva- del mundo». De los Eguren se cataron otros dos vinos más, un Sierra Cantabria Cuvée Especial 2004 y un Sierra Cantabria Reserva 2003, que puso fin a la cata, aunque entre medias se pudo degustar un vino procedente de Australia, el Green Point Reserva 2004, elaborado con la variedad sirac.
Tanto este vino como el argentino están definidos en ambos paises como reserva, aunque, como explicó Carlos Gallego, la catalogación de los caldos en base a su edad no es la misma que se utiliza en España: «la normativa que define a los crianza, reserva y gran reserva, es decir, de dos, tres y cinco años, es una normativa muy purista española; en el resto del mundo no es igual, para ellos un reserva es un vino reservado de una parcela especial y sometido a un tratamiento especial», explicó. Tanto en el caso de Nueva Zelanda, como Australia y Argentina, son paises, según subrayó el enólogo toresano, «donde posiblemente no tengan las raíces enológicas que tenemos en España, pero han copiado las mejores variedades, así como las técnicas, sobre todo del gran país productor de vinos, que es Francia».
Los asistentes siguieron con mucha atención las explicaciones del enólogo Carlos Gallego y quedaron encantados con la cata, que, sin duda, volverá a repetirse.