Joan C. Martín: «La gente no debe tener un paladar monocorde de ‘riojitis’ o ‘riberitis»

El enólogo que cada año publica la guía ‘Los Supervinos’ presenta un nuevo libro para saber más sobre los mejores caldos del mundo.

Quizá su nombre no te suene, pero Joan C. Martín se cuela en miles de estanterías con cada edición anual de su guía de Los Supervinos. En ella descubre y recomienda los mejores caldos a precios asequibles que se pueden encontrar en los supermercados. En lo que va de año ha hecho doblete en las librerías al publicar también Pasión por el vino (Editorial Lince).

La idea se la dio su editor nada más presentar la guía de 2016. «Tienes que escribir un libro para la gente que quiera saber más sobre los mejores vinos del mundo», cuenta Joan C. Martín a El HuffPost. No sólo es una obra de divulgación, sino también de «erudición y de trabajo de investigación», resume. «Creo que realmente ha salido ese híbrido. Sirve para educar, formar y hacérselo pasar bien a la gente».

En Pasión por el vino realiza un recorrido por las principales zonas vitivinícolas del mundo, deteniéndose en las más destacadas de España. Aunque una de las de más renombre sea La Rioja, este enólogo llama la atención sobre un hecho: «En España es el vino tinto tranquilo más vendido y es de un prestigio reconocido, pero el vino español más conocido fuera es el cava […] El cava se vende más en el exterior que en España y con el Rioja ocurre al revés, se vende más en España que fuera».

Martín aprovecha el libro para reivindicar «dos grandes» españoles menos conocidos. «Los vinos de Málaga y el fondillón de Alicante fueron grandes vinos durante muchos siglos. Luego tuvieron un periodo de decadencia y ahora están en fase de renacimiento», sostiene. «Los reivindico porque son un placer de los dioses. Tomarse de postre cualquiera de los dos es un lujo absoluto; tomarse un moscatel de Axarquía o de los montes de Málaga es de una finura y una delicadeza propia de gente que sabe vivir bien».

«La gente debe tener un valor ecléctico a la hora de elegir un vino», defiende. «No un paladar monocorde de riojitis o riberitis. Que beba un Rioja o un Ribera si le apetece, pero también un Toro, un Málaga o un Penedés».

«Esa es una de las virtudes que está aportando la juventud al consumo de vino, ese sentido fashion de la vida de descubrir y pasarlo bien», reflexiona sobre no tener prejuicios a la hora de catar y probar.

Pretende que el libro sea una fuente de información para los ya iniciados en el mundo del vino y una puerta de acceso a los profanos. Para estos últimos, aconseja mucha lectura. Para que puedan detectar rápido si un vino es bueno o malo, lo primero es «que les guste» y, luego, «que no tenga ningún aroma o sabor indeseado». Para ir más allá, aconseja «que responda a las características del terreno», algo para lo que «hay que leer muchas etiquetas, muchos libros y folletos de bodegas».

«Una de las cosas que más me gusta del vino es que no dejas de aprender», reconoce el enólogo. «Cuando empecé a escribir el libro se apuntó al curso —Martín dirige el Master Tastavins en Valencia— un chico de la Campaña, de Italia, esa zona tan bonita que hay al norte de Nápoles. Yo no conocía que allí había una variedad blanca singularísima […] Tienen un vino de los más elegantes y finos que he probado en mi vida: es la variedad Asprinio d’Aversa y lo hace una bodega que se llama Masseria Campito. La elegancia, la finura, la exquisitez… Me dejó seducido», recuerda.

En unos meses, su doblete en las librerías se convertirá en cuadruplete, con el lanzamiento en noviembre de un volumen dedicado al cava. «Es el libro que le va a hacer justicia, porque el cava sufre injustamente algunos acosos xenófobos», asegura. A final de año tampoco faltará a su cita: «Ya estoy acabando Los Supervinos 2018».

Por Elena Santos. Visto en huffingtonpost.es. Foto Editorial Lince.