Victoria Ordóñez lleva un año trabajando para lanzar un ‘mountain wine’ único, el mismo que traspasó ya fronteras y dio fama a la viticultura malagueña hace más de 200 años.
Cristóbal Medina Conde y Herrera (Granada 1726-Málaga 1798) fue un historiador, arqueólogo, agrónomo y enólogo que vivió durante la Ilustración. Residió en Málaga desde 1765, lo que le permitió realizar diversas investigaciones arqueológicas e históricas en la provincia.
Como enólogo fue autor de un tratado sobre los vinos de Málaga que sacó a la luz con el seudónimo de García de la Leña. Según este trabajo, en el siglo XVIII uno de los vinos que dio fama a Málaga era un seco de Pedro Ximénez de los Montes de Málaga, de una enorme calidad , tanto que causaba furor entre los británicos, por lo que buena parte de su producción tenía como destino el Reino Unido y se conocía como ‘moutain wine’.
De su elaboración nada se sabe hoy en día. Ni tampoco de en qué lugares se producía. Ello, sin embargo, no ha sido impedimento para que Victoria Ordóñez, que desde 2008 y hasta mayo de 2015 estuvo al frente de la Bodega Jorge Ordóñez, haya querido iniciar su andadura en solitario como bodeguera con el reto de elaborar el que va a ser el primer vino seco de Pedro Ximénez cien por cien de los Montes de Málaga, una variedad que casi ha desparecido del campo malagueño.
«El reto no ha sido fácil, ya que hemos tenido que partir de cero. No sabemos nada del método de elaboración, por lo que hemos tenido que trabajar totalmente a ciegas, sin saber con lo que nos íbamos a encontrar. Sin embargo, un año después de la vendimia puedo decir que muy probablemente no sea el mismo vino que se elaboraba en Málaga en el siglo XVIII, aunque va a ser un ‘mountain wine’ único y de una enorme calidad», ha señalado Victoria Ordóñez.
Además se trata del primer vino en el que la bodeguera malagueña ha participado en todos los pasos, desde la vendimia al embotellado. «La intención es sacarlo al mercado este otoño, aunque estamos en fase de registrar su nombre. De momento no está decidido, pero llevará con letras muy visibles en la etiqueta: Montes de Málaga», ha avanzado Ordóñez.
Sólo 979 botellas
Según la bodeguera, que desde diciembre pasado cuenta con bodega propia en el polígono Guadalhorce de la capital -comenzó su andadura con un espacio dentro de Bodegas Quitapenas-, de su ‘mountain wine’ saldrán sólo 979 botellas.
La razón de que en la que será su primera añada haya tan poca elaboración es porque existe muy poca uva de la variedad Pedro Ximénez en los Montes de Málaga, apenas unas dos hectáreas y no con un cultivo monovarietal.
«Será caro, porque es de mucha calidad y queremos llegar a los principales mercados. El resultado ha sido un vino de los que gustan ahora, coincide con los gustos actuales, porque es tranquilo, de menos de 15 grados, pero a la vez es un vino de guarda. Si no lo hemos sacado aún es porque le estamos dando una crianza en botella», ha señalado la bodeguera malagueña, que tiene su punto de mira en la exportación con el que considera será una de las grandes joyas de la Bodega Victoria Ordóñez.
Médico de profesión, Ordóñez, se ha marcado como nuevo objetivo elaborar un tinto de calidad, y todo ello con la finalidad de convertir su proyecto empresarial en una referencia de los vinos que se hacen en Málaga. No en vano tiene en su haber ser la impulsora del primer espumoso de moscatel de la provincia mientras estuvo al frente del grupo que ahora dirige su hermano Jorge. Tras su estela han seguido otros como Tierras de Mollina, Quitapenas o Antonio Muñoz Cabrera-Dimobe, que también han sacado sus propios espumosos o los están elaborando. Pendiente de conocer el nombre de este nuevo vino que llevará el sello de Málaga, Ordóñez tiene claro que llegará para marcar camino.
Por Agustín Peláez en diariosur.es.