[Fuente: laopiniondemalaga.es]
Los vinos de Málaga han emprendido un ambicioso proceso de diversificación para sacudirse la tradicional etiqueta de vinos de aperitivo o de feria y entrar a competir con los Rioja o los Ribera del Duero en las cartas de los restaurantes y acompañar sin complejos a las carnes y pescados.
Los alrededor de casi tres millones de litros que anualmente produce el sector vinícola de Málaga calificado bajo denominación de origen sigue dominado por los vinos dulces y secos elaborados con las variedades Moscatel y Pedro Ximen, aunque en los últimos años han cobrando protagonismo los tintos y blancos hechos con Lairen, Tempranillo o Coupage. La denominación `Málaga´ (la más tradicional) sigue concentrando casi el 75% de la producción, pero `Sierras de Málaga´, que engloban a estos nuevos caldos (sobre todo de Ronda) gana enteros por años.
El secretario del Consejo Regulador de los Vinos `Málaga´ y `Sierras de Málaga, José Manuel Moreno, reconoce la necesidad de ampliar la variedad de caldos para competir de tú a tú en el negocio de la hostelería, que es el que actualmente mueve la mayoría del negocio. Con una facturación cercana de entre 15 y los 30 millones de euros anuales (según la bonanza de la cosecha), Málaga y sus vinos quieren conquistar nuevos paladares, aunque sin perder las señas de identidad que los han hecho tan apreciados en Francia, Alemania o Inglaterra, que compran casi un tercio de la producción.
Salidas en el mercado
«Tenemos que adaptarnos a los gustos del público sin perder nuestras señas de identidad. Málaga puede y debe seguir haciendo los mejores vinos dulces del mercado, pero también blancos, rosados y tintos. No queremos hacer un rioja, porque para eso están ellos, pero sí un gran tinto con personalidad de Málaga», afirman los bodegueros. «La clave es la diversificación para estar en todas las cartas de los restaurantes, desde los entrantes hasta los postres, y poco a poco lo estamos consiguiendo. Ya estamos haciendo tintos que no tienen nada que envidiar a un rioja», afirma José Antonio Peña, director comercial de la poderosa bodega Málaga Virgen (la antigua López Hermanos), que concentra el 75% de la producción de vino en Málaga.
Elaboradora del famosísimo Cartojal (de la que se han vendido 100.000 litros en esta pasada Feria) y máximo representante de los vinos dulces de Málaga, la bodega ha sacado al mercado con gran éxito en los últimos años un tinto, el Pernales, y un rosado, el Barón de Rivero, que se han agotado con ventas anuales de 1.200 y 400 cajas respectivamente. Peña cita además como otra clave recuperar el mercado de los jóvenes, que en los últimos años se han pasado mayoritariamente a la cerveza, al whisky o al ron de la mano de la movida nocturna. El binomio cocina-vino de Málaga en la carta de los bares y restaurantes es uno de los caminos.
En Ronda, los viticultores de la Serranía han apostado claramente por producir vinos tintos, ya que según explica uno de los responsables de este colectivo, Manuel María López, «tiene mejor salida tanto en el mercado nacional como en el extranjero». Además, las características de la tierra rondeña son más favorables por su composición y clima a esta modalidad de vinos. Diferentes productores están introduciendo sus caldos en los mercados europeos de Inglaterra, Suiza y Alemania e incluso algunos han llegado a vender botellas en los Estados Unidos. Los precios de los vinos oscilan entre los 6 y 20 euros.
La docena de bodegas de vino que ya funcionan en la comarca está lanzando al mercado a los pocos años de haber iniciado su actividad cerca de 500.000 botellas. El objetivo que se han marcado es el de producir un millón de botellas a medio plazo en las 160 hectáreas de viñedo de la Serranía.
Botellas de diseño
El ganador del prestigioso Premio Nacional Nariz de Oro 2007 y propietario de las tiendas Trujal Vinos en Málaga, Antonio Jesús Gutiérrez Blanco, destaca en este contexto de diversificación a viticultores como José Ávila, viticultor y propietario de la bodega Almijara de Competa que, con sus vinos Jarel, es pionero en la revolución de los Naturalmente Dulces malagueños, luchando por situar a los viñedos de su ciudad entre los más representativos del mundo. «La Axarquía tiene una orografía y un suelo pizarroso que la hacen acreedora de estar entre las tres o cuatro zonas vitivinícolas más personales del mundo, junto Oporto, Alsacia, Tokaji», afirma Gutiérrez Blanco que cita como gran novedad de este año las 200 botellas elaboradas por Almijara de un naturalmente dulce tinto de romé.
Otra iniciativa de gran calado en Málaga es la del alemán Federico Schatz en Ronda, pionero que lleva 25 años sacando vinos ecológicos y biodinámicos en blanco rosado y tinto en las tres hectáreas de su jardín de viñas. Juan Manuel Vetas de bodegas Vetas en Arriate, José María los Santos en Ronda con sus Chinchillas tintos de su bodega Doña Felisa, García Ordóñez en Antequera con su tinto Torques o Paco Suárez en las Bodegas Quitapenas, elaborando el primer vino tinto de crianza con un toque de Romé son otros exponentes de esta tendencia.
Pero las novedades no llegan sólo a la variedad de los vinos sino también a su presentación. Así lo entiende la bodega Málaga Virgen, que ha lanzado unas originales botellas de cuello muy estilizado para resultar más atractivas para el comprador. Porque el objetivo ahora es recuperar presencia en el mercado ruso de Europa del Este -donde los vinos de Málaga desde que a la zarina Catalina la Grande, en el siglo XVIII importara vino dulce elaborado a partir de las vides moscateles de la Axarquía- y en el gigante chino. Nuevos mercados para unos vinos renovados pero fieles a la tradición.